Ventas De Mochilas Antibalas Se Disparan En Estados Unidos Luego De Los Tiroteos

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Luego de una nueva serie de tiroteos masivos en diferentes localidades de Estados Unidos -que este año suman 250 incidentes, alrededor de mil heridos y centenares de fallecidos-, un cambio cultural se ha producido. Así es como hay varias compañías del país que fabrican mochilas a prueba de balas, y sus ventas se están disparando en la temporada previa a la vuelta a clases.

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No obstante, algunas personas critican esta clase de comercio argumentando que las empresas se benefician de las tragedias al explotar temores paternales.

“Los tiempos han cambiado y nuestro producto responde a ello, aunque sea una triste realidad”, afirma el fundador y presidente de Skyline USA, Yasir Sheikh. Esta empresa, que fabrica productos de defensa personal, recientemente comenzó a producir mochilas resistentes a las balas.

Según cuenta Sheikh, el artículo es tan popular que se ha agotado luego del tiroteo de Parkland (Florida), donde el año pasado murieron 17 personas.

TuffyPacks es otra de las empresas que fabrica mochilas aprueba de balas y, además, comercializa escudos balísticos extraíbles que pueden ser colocados en cualquier bolso. Steve Naremore, su fundador, explica que las ventas de estos escudos se triplicaron luego del tiroteo de hace unos días en El Paso (Texas).

Más allá de eso, hay personas que cuestionan los intereses de las compañías. “Están haciendo mucho dinero en este momento y lo están haciendo por algo que fue muy desafortunado”, opina el padre de seis hijos, Ponnell Scroggins.

Aunque TuffyPacks asegura que sus productos cumplen con los estándares dados por el Instituto Nacional de Justicia, el mismo Departamento de Justicia explicó que nunca han realizado pruebas a estos productos ni menos se les ha certificado. Por lo mismo, confirman que no son capaces de responder por su efectividad.

Por otra parte, expertos en educación destacan que las mochilas resistentes a las balas no son la solución a los tiroteos. “Las escuelas deben ser santuarios seguros donde los niños puedan sentirse a salvo, no zonas de guerra donde estén vestidos como soldados preparándose para la batalla”, apuntó el presidente de la Federación Estadounidense de Maestros, Randi Weingarten.


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