Su nombre es Mamoudou Gassama y llegó desde Malí, África. Pasó por Libia antes de cruzar el peligroso Mar Mediterráneo, para llegar a Italia y su destino final era Francia, donde hoy puede vivir de forma legal gracias a su heroica acción, después de trepar un edificio para salvar a un niño. Ahora es conocido como “Spiderman del 18”.
Los hechos comenzaron con un pequeño niño de 4 años que colgaba desde un balcón en Francia; sin embargo, se ve un adulto que está cerca que no parece ser capaz de solucionar la situación. Las personas que grababan sólo esperaban un desenlace posible. Pero desde la calle, surge un hombre que cambiaría la historia del pequeño y la suya.
Cuando Mamoudou Gassama escaló por la pared del edificio, subió 4 pisos en cuestión de segundos y rescató al pequeño, nunca imaginó lo que significaría. “No estaba pensando en nada”, le dijo al presidente de Francia, Emmanuel Macron cuando éste reconoció en persona su heroico actuar.
Sin embargo, la historia de Mamoudou es muy especial, ya que no es cualquier ciudadano salvando la vida de un compatriota. Es un inmigrante, que cruzó el Mediterráneo desde Malí mientras “soñaba con construir su vida”. Para todos ahora es el “Spiderman del 18”, refiriéndose a la zona de París donde se desarrolló el episodio.
El vídeo lo muestra y es realmente increíble, porque es una mezcla de valentía y agilidad, el hombre trepó mano a mano desde un balcón a otro, saltando como si fuese algo fácil. No vaciló un segundo y la multitud desde abajo lo alentaba.
El inmigrante se convirtió en héroe en un mundo racista y xenófobo. Mamoudou Gassama logró lo imposible, no solo por salvar al niño de una situación extrema, sino que también por romper estereotipos. Mamoudou Gassama tiene tan sólo 22 años y es de Malí, un país de África Occidental, antigua colonia francesa del noroeste de la zona. Es en este minuto, un acto de valor e ingenio irrumpe en el debate lleno de tensión sobre los extranjeros, los inmigrantes y los refugiados.
Al llegar a Francia, vivió en un centro de acogida en Montreuil, al este de París y su vida no era del todo fácil, pero ahora tiene sus documentos al día y un puesto en el cuerpo de bomberos de su distrito.
Si bien el joven soñaba con obtener la documentación requerida para vivir de forma legal en el país europeo, jamás imaginó que Emmanuel Macron se la otorgaría, mirándolo a los ojos con agradecimiento. Como una paradoja, en el mismo momento en que las políticas de inmigración en el país se endurecen.
Sin duda es un gran afortunado, porque sólo 5 personas obtuvieron la residencia por “talento excepcional” o “servicios prestados a la comunidad” durante el 2017, según datos del Ministerio del Interior francés. Mamoudou pasará a la historia como un héroe inmigrante.
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