Este sitio se encuentra ubicado en Noruega, su nombre es Preikestolen, también conocido como Pulpit Rock y fue el escenario de una curiosa historia. La formación rocosa se eleva alrededor de 610 metros por encima de un hermoso largo fiordo, cosa que lo convierte en uno de los lugares más visitados por los turistas al sur del país nórdico.
Gracias a la majestuosidad del lugar, los turistas no pierden la oportunidad de tomarse fotografías en la cima del acantilado. Nada fuera de lo común, ¿cierto? Sin embargo, un caso en específico ha llamado la atención.
La historia es que los padres de un bebé decidieron tomarle la foto más impresionante del mundo, pero arriesgando muchísimo su seguridad. Así es, para lograr la fotografía perfecta, ¡lo pusieron casi al borde del acantilado!
Permitieron que el bebé gateara cerca del borde e incluso retrocedieron unos pasos atrás para poder tomar mejor la foto del bebé con Preikestolen al fondo. Fue aterrador, el bebé podría haber caído en cualquier dirección, fue muy irresponsable por parte de sus padres. Afortunadamente, el bebé salió ileso, pero cualquier paso el falso podría haber ocasionado una tragedia. Esperamos que esta historia ayude a crear un poco más de consciencia en los padres a la hora de exponer a sus hijos a este tipo de circunstancias de riesgo.
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