Pese a que la mayoría de los padres amamos a nuestros hijos y desearíamos poder vivir con ellos hasta su adultez, hay límites que hasta ese amor conoce. Así lo ha demostrado esta familia, que está cansada de seguir manteniendo a su hijo de 30 años que no aporta con los quehaceres del hogar ni con dinero.
Los padres Christina y Mark rotondo han tratado de muchas maneras que su hijo único, Michael, entre en razón y se anime a tomar las riendas de su vida, encontrar trabajo e independizarse.
Pero de apenas imaginarlo, Michael se altera y comienzan las peleas.
Fue luego de una fuerte pelea entre Michael y su madre, que los padres decidieron expulsarlo de la casa informándole a través de una carta escrita el 2 de febrero que “debía abandonar la vivienda” en un plazo inmediato de 14 días sin poder regresar.
Pero dos semanas después, el treintañero continuaba instalado en la casa, así que los padres decidieron enviarle otra carta donde lo desalojaron oficialmente:
“Hasta ahora, usted ha sido nuestro huésped y no hay contrato de arrendamiento o acuerdo que le otorgue ningún derecho a permanecer aquí sin nuestro consentimiento”.
Esta misiva tampoco causó la consecuencia que esperaban.
Cinco días después, le escribieron una nueva carta donde además le ofrecían más de mil dólares para que pudiera encontrar un lugar donde vivir, junto con unos consejos sobre cómo conseguir un departamento nuevo.
“Hay trabajos disponibles incluso para aquellos con un historial laboral pobre como tú. Consigue uno ¡tienes que trabajar!”, le dijeron a Michael, quien lleva 8 años cesante.
Pero nada de ello funcionaba para que el joven, que en julio cumple 31 años, se independizara.
El 5 de marzo pasado la pareja le advirtió que no habían visto indicios de que se estuviera preparando para dejar la casa, por lo que le informaron que tomarían todas las medidas necesarias para que cumpliera con la exigencia.
El 30 de marzo le han escrito una última carta antes de llevar el caso al sistema judicial, donde le ofrecieron dinero para arreglar el auto y sacarlo de la propiedad.
Ni siquiera eso entusiasmó al hombre, que pretende vivir ahí por varios años más.
Hoy, Michael enfrenta una demanda de sus padres para abandonar la casa familia.
La Corte Suprema de Nueva York ordenó el miércoles pasado que Michael se cambie de casa, luego de que intentara llegar a un acuerdo con sus padres y él se negara.
“Estoy completamente indignado. Mis padres no me dan comida ni me lavan la ropa”, dijo a la salida del tribunal, negándose a hablar con sus padres.
Aún no se ha definido el plazo que tiene para abandonar la propiedad de sus padres. Pero él insiste en que no lo hará.
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