No hay casa que no tenga arroz en su despensa ya que es uno de los alimentos más extendidos en el mundo. Sólo en la India, más del 60% de la población se alimenta fundamentalmente con este cereal. Pero, en los últimos años, algunos estudios han indicado que este alimento contiene arsénico inorgánico. El arsénico es un semi-metal que naturalmente existe en la naturaleza: se encuentra en el aire, el agua y la tierra; pero en su forma inorgánica no solo es tóxico, sino que funciona como un veneno. De hecho, está clasificado como cancerígeno de categoría 1 por la Unión Europea y la OMS lo incluyó dentro de las 10 sustancias químicas consideras perjudiciales para la salud pública.
Si bien naturalmente los suelos contienen arsénico, cuando el porcentaje sube, ya sea por causas naturales o por el uso extendido de agroquímicos; los cultivos, dentro de los cuales se encuentra el arroz, absorben a través del suelo este elemento. Además, al crecer en campos inundados, el arroz tiene la particularidad de absorber por el agua más arsénico que otros cultivos; por eso, contiene de 10 a 20 veces más que otros cereales.
De acuerdo a la OMS, los mayores niveles de arsénico se detectaron en las aguas subterráneas de Argentina, Bangladesh, Chile, China, la India, México y los Estados Unidos. Además del arroz, otros alimentos como: pescados, mariscos, carnes, aves de corral, productos lácteos y otros cereales, también se encuentran contaminados.
Según este informe, “Los síntomas inmediatos de intoxicación aguda por arsénico incluyen vómitos, dolor abdominal y diarrea. Seguidamente, aparecen otros efectos, como entumecimiento u hormigueo en las manos y los pies o calambres musculares y, en casos extremos, la muerte. Los primeros síntomas de la exposición prolongada a altos niveles de arsénico inorgánico (por ejemplo, a través del consumo de agua y alimentos contaminados) se observan generalmente en la piel e incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis).”
Los grupos de mayor riesgo son los celíacos (que, por lo general consumen más arroz) y los bebés, quienes también se alimentan con papillas de arroz.
Cómo proceder
Por un lado, la concentración del arsénico dependerá del origen del arroz y del estado del suelo y agua en que se ha cultivado. En todos los casos, según los expertos, todo es una cuestión de porciones. Si se come arroz algunas veces en la semana no se pone en riesgo la salud tanto como si se consume varias veces al día, ya que si la cantidad de arsénico es pequeña, el cuerpo la procesa y desecha en la orina. El problema sucede cuando los límites se exceden y el arsénico comienza a acumularse.
Pero también existen algunos consejos y formas de cocinar el arroz para reducir estos niveles de arsénico que puedes aplicar tú mismo en tu casa.
1. Remojar el arroz toda la noche con una proporción de 5 partes de agua por una de cereal disminuye un 80% la cantidad de arsénico. Luego lavarlo y enjuagarlo hasta que el agua este limpia, antes de hervirlo.
2. Cocinar el arroz en la proporción de cinco partes de agua por una de arroz, sin remojarlo antes también disminuye los niveles de arsénico pero no tanto como la anterior.
3. Evitar, especialmente en el caso de niños o celíacos, el arroz integral, ya que éste acumula el arsénico en el salvado y en el germen.
4. Probar otros cereales como el mijo, la avena o el trigo sararceno.
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