Cuando el párpado tiembla es algo incómodo e incontrolable, pero esto ocurre porque es una señal o síntoma que nos envía el cuerpo. Muchas veces no es preocupante, porque en su mayoría se debe al estrés.
El temblor en uno de los párpados recibe el nombre de blefaroespasmo, son pequeños espasmos involuntarios de los músculos del párpado que se deben por lo general a cuatro factores básicos.
Estrés
Cuando estamos sometidos a una situación de alta presión, nuestros nervios cambian su actividad. El organismo se mantiene alerta y a la defensiva. De hecho, no podemos olvidar que el estrés como tal es una reacción que nos advierte de un peligro, y la respuesta en general, sería escapar.
De este modo, los nervios se tensan, en especial los músculos faciales y craneales. De ahí este temblor incluso de los dolores de cabeza.
Pasar mucho tiempo frente al ordenador o forzando la vista
Esto aparece cuando fijamos mucho la visión sobre una superficie o cuando, por ejemplo, necesitamos el uso de lentes y prescindimos de ellos.
Consumo de cafeína y alcohol
Tanto el café como el alcohol son activadores neuronales, nos sobreexcitan y nos someten a estados donde los nervios e tensan, y donde es frecuente el blefaroespasmo.
El ojo se cansa y se reseca
La falta de lubricación de la superficie ocular se traduce en un incremento de la actividad del párpado para intentar distribuir uniformemente la lágrima insuficiente o de mala calidad. Suele suceder cuando estamos mucho tiempo frente a una pantalla, sea ordenador, televisión, o celular.
Al que hay que tener en cuenta es que este temblor en alguno de los párpados no puede durar más de una semana. Si además percibes que l tienes hinchado y no puedes cerrar ni abrir los ojos, acude al oftalmólogo. Puede ser un efecto secundario asociado a algún medicamento o algún problema neuronal.
Cómo evitar el temblor de párpados
Cierra los ojos. Si puedes ir al baño, mójate la cara y los párpados manteniéndolos cerrados unos segundos, así aliviarás la tensión facial.
Como es un síntoma del estrés, lo más adecuado es saber gestionar esos focos de presión que tienes en el día a día. Procura dormir bien, evitar el excesivo consumo de cafeína y sobre todo, mantén una buena lubricación del ojo.
Si tienes que pasar mucho rato frente a una pantalla por tu trabajo, usa lágrimas artificiales o lubricantes tópicos, además de intentar parpadear más para que el ojo no se reseque.
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