Se trata de la historia de Anton Kudryavtsev, de 31 años. El hombre había perdido al amor de su vida y quedó solo con los 6 hijos de ambos.
Anya falleció por culpa de un agresivo cáncer. Cuando ambos se conocieron, Anton ya tenía tres hijos. Ellos esperaban a un nuevo miembro de la familia cuando a su esposa le diagnosticaron el tumor. Pero todo fue más fuerte al saber que Anya esperaba no a uno, sino que a tres bebés. Por eso ella decidió sacrificarse por salvar a los trillizos.
Unos periodistas escribieron la historia de este hombre, viudo y con 6 hijos y pronto se hizo conocido en todo el país. Sin quererlo, empezó a recibir miles de cartas de algunas admiradoras que quedaron prendadas de este hombre de esfuerzo.
Una de ellas fue Lyudmila. Su carta le llamó mucho la atención y quedó enganchado. Anton decidió tener correspondencia con ella y luego de algún tiempo, decidió conocerla en persona junto a sus hijos para que la conocieran también.
Luda, como le dicen sus conocidos, dejó una fuerte impresión en él y en los niños. Las hijas del hombre estaban tan felices de conocerla que se tiraron a sus brazos. Lyudmila era la “mamá” ideal para ellos; incluso su hijo mayor le dijo: “Papá, necesitamos llevarla con nosotros. ¡Es excelente!”
La pareja decidió casarse en una boda bastante modesta. Anton y Lyudmila sellaron su destino en la iglesia del pueblo.
Anton y Luda empezaron a trabajar como voluntarios en centro de rehabilitación cuando un paciente falleció dejando a sus dos niños huérfanos. Nadie los reclamaba y Lyudmila se ofreció a hacerlos parte de su familia.
La familia vive en una pequeña granja y Anton trabaja haciendo reparaciones aunque el dinero escasea de vez en cuando. Pero eso no impide que sean felices con todos sus hijos.
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