Emmily Abrahamson tenía 30 años cuando le ocurrió algo que le cambió su vida completamente. Se fue a vivir a Amsterdam por trabajo y un día estaba sentada en una banca de la plaza del centro de la ciudad esperando a un amigo, cuando de pronto un vagabundo se le acerca y le pregunta la hora.
Ella le respondió y él siguió conversando con ella. Emily continuó la conversación a pesar de su apariencia sucia y descuidada.
“No pude evitar notar que, a pesar de su apariencia, era guapo, alto y tenía los ojos marrones más grandes que jamás haya visto”
– Emmily
Luego de unos minutos llegó el amigo de Emily y debía irse. Pero antes de que dijera algo, el vagabundo señaló el banco y le dijo: “Sábado a las tres, el mismo banco” y se alejó.
Emily no le dio mucha importancia al suceso, sin embargo durante la semana no dejó de pensar en él. Hasta que llegó el sábado y ella fue a esperarlo en el mismo banco.
“Con un corazón palpitante me senté en el mismo banco a las tres en punto. Después de 20 minutos, estaba a punto de darme por vencida cuando él apareció. En la bicicleta de un niño”
– Emmily
La mujer le grito enfadada: “Llegas tarde” y él le dijo con una gran sonrisa: “No pensé que vendrías. Vine a comprobarlo por si a acaso. ¡Y tu estás aquí!”
“Le devolví la sonrisa y mi enojo se derritió, tal vez porque era más guapo de lo que recordaba”
– Emmily
Supo que el hombre se llamaba Vic y luego de pasar mucho tiempo juntos conversando notó que algo extraño le pasaba con él, estaba enamorada.
Luchó contra sus sentimientos y con todos los dilemas que la detenían a enamorarse de un hombre que no tenía ningún nivel de educación, no tenía perspectivas de carrera, que bebía demasiado, además de unas otras sustancias, que además era cinco años más joven que Emmily y que, para colmo, vivía en un arbusto.
Nada de esto le importó y le dio su número de celular, a pesar de que Vic no tuviera teléfono. Cuando volvió a Vinea, él la llamó, le dijo que estaba en la ciudad y que quería verla.
Vic había hecho trabajos ocasionales, compró un pasaje a Viena y desde ese momento jamás se separaron. Se casaron y dos años después nacieron sus mellizos Til y Desta.
Vic se convirtió en un ingeniero mecánico y juntos viven en una antigua casa familiar en Suecia.
“Si alguien me hubiera dicho hace 12 años que iba a terminar casándome con un alcohólico, sin hogar, hubiera supuesto que estaba mal de la cabeza”
– Emmily
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