Una señora tenía un terreno detrás de su casa, el cual quedaba al lado de un lago y como la construcción era bastante antigua necesitaba que le hicieran una renovación completa.
Lo que ella quería era convertirla en una casa para las visitas y le contó la idea a su hijo. Entonces él le aseguró que podría renovarla y construirle una pequeña casita para huéspedes.
Aunque su hijo no era un arquitecto o constructor quiso hacer el trabajo él mismo para darle una gran sorpresa a su madre.
Cuando su hijo terminó la casa, se la mostró a su madre y ella no disimuló su gran decepción. No le gustó cómo se veía por fuera, ella se imaginaba algo más.
Pero al entrar se dio cuenta que la casa era espectacular, su hijo había ideado un sistema para que las paredes pudieran moverse y la casa se ampliara en época de buen clima y se cerrara cuando hubiera lluvia.
La casa le pareció perfecta, podría aprovechar el paisaje a su alrededor sin estar llena de paredes y limitaciones como puertas o ventanas.
Era realmente la casa soñada y le agradeció bastante a su hijo por hacerle su sueño realidad.
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