Al independizarnos, dejamos de vivir con nuestras mamás y no la tenemos tan cerca si nos llega a pasar algo desagradable, pero es ahí precisamente cuando más las extrañamos. Sólo recordamos lo que era llegar a casa, que nos dé un abrazo para sentir que el mundo no es tan malo como pensamos y que todo tiene solución. Sin embargo, no siempre podemos abrazarla, así que nos tenemos que conformar con una llamada telefónica.
Claro que no suena muy tentador, pero la verdad es que todos nos sentimos mil veces mejor después de que hablamos con nuestra madre por teléfono, aunque sea por unos minutos.
Sin embargo, es una buena manera de subir el ánimo y está comprobado, porque un estudio realizado por la Universidad de Chicago en Estados Unidos reveló que hablar por teléfono con nuestras madres genera la misma sensación que un abrazo de ellas.
Esta conclusión se generó cuando los investigadores analizaron el comportamiento de niñas entre 7 y 12 años, sometiéndolas a una situación de estrés intenso en la cual debían responder en una prueba de álgebra en público.
Después, las separaron en tres grupos: uno recibió una llamada telefónica de sus madres, el segundo un abrazo de ellas y el tercero vio una película emocionalmente neutra.
Los dos primeros grupos experimentaron un aumento idéntico del nivel de oxitocina, la “hormona de la felicidad” que actúa como sedante natural que contrarresta los efectos del cortisol, la hormona del estrés.
En el tercer grupo, la oxitocina no sufrió cambios.
Por lo que no significa que seas una persona muy sentimental, lo que pasa es que está en tu biología sentirte mejor cuando hablas con tu mamá por teléfono.
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