Parece una frase increíble, pero es muy cierta: tu vida puede cambiar en 180° de un momento a otro. Mitchell Hunter es testimonio vivo de ello. Él jamás pensó que subirse de acompañante a un carro le costaría perder el rostro.
Ocurrió en 2001, mientras bajaba en coche junto a su amiga, que chocaron con un gran porte de electricidad. Hunter, que entonces tenía 21 años, logró salir rápidamente del coche y sacar a la mujer que estaba conduciendo.
Fue entonces que un cable de alto voltaje cayó sobre él y estuvo sometido a 10 mil volts de electricidad durante 5 minutos.
Así era Michael antes del accidente:
Pese a que pudo sobrevivir al brutal accidente, perdió una de sus piernas y quedó con el rostro desfigurado. Además, no recuerda bien lo que sucedió el día del accidente pues perdió el conocimiento.
Así quedó luego del accidente:
Hunter habló por primera vez con CNN, y contó que le era imposible ya salir a la calle, porque la ansiedad de la gente observándolo no lo dejaba tranquilo. Y pedía ayuda lo antes posible.
En 2011 le hicieron un trasplante de rostro completo, la tercera intervención de esta clase que se hacía en Estados Unidos.
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Fueron 14 horas de operación. El joven pudo pagarla gracias a una donación hecha por una persona anónima.
Luego de su cirugía, rompió su silencio en 2016. Hoy está feliz de poder sentir frío y calor en su rostro, y ha logrado una vida mucho más normal.
La operación literalmente le cambió la vida.
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Mitchell dice que, después de su accidente, pudo ver las cosas desde una perspectiva distinta.
¡Ojalá sea muy feliz!
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