Un estudio del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) registró un ingenioso y nuevo comportamiento de los jaguares en una remota isla de la costa brasileña.
En el lugar, ubicado frente a la costa de la Amazonía brasileña, los jaguares han aprendido a pescar en el mar.
Así lo descubrieron los conservacionistas en su investigación en la reserva de la isla de la Estación Ecológica Maracá-Jipioca, que se encuentra a tres millas del norte del estado de Amapá y actúa como vivero para los jaguares. Estos investigadores atraparon a 3 felinos e instalaron 70 cámaras en la remota isla para hacer observaciones.
Aunque los jaguares ya habían sido captados pescando en los humedales del Pantanal de Brasil, se piensa que esta es la primera evidencia de que estas esquivas criaturas saltan al mar para atrapar a sus presas.
“Esta es la primera vez que se observa ese comportamiento en la Amazonía”, señaló Marcelo Oliveire, el oficial superior de programas de la WWF en Brasil y lídr de la primera investigación sobre el jaguar realizada por esta ONG. “En el camino de ida, el jaguar estaba seco y en el camino de regreso estaba mojado y tenía un pez en movimiento en la boca”, dice. Además, añade que su hipótesis es que el pescado es una parte importante de su dieta.
El investigador detalla que los jaguares tienen dos técnicas de pesca: primero, esperar a que llegue la marea y pescar en los estanques que se generan entre los manglares; la segunda, es simplemente saltar al mar. “No conozco ninguna otra población de jaguares que coma tanto pescado, es muy inusual”, señaló.
Esta isla de 600 kilómetros cuadrados está protegida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y no tiene residentes humanos, por lo que los animales que ahí viven tienen poco contacto con las personas. Su paisaje es diverso, e incluye bosques tropicales, praderas inundadas, marismas y manglares costeros. Además es un punto de parada de varias clases de aves migratorias, como flamencos, cucos estadounidenses y águilas pescadoras.
Pescadores de la zona señalan que han visto jaguares, búfalos, ciervos y osos hormigueros nadando entre la isla y el continente.
En la isla hay una población de 27 jaguares, y de cinco a seis gatos por cada 100 kilómetros cuadrados en algunas zonas. Usualmente solo 2 a 5 jaguares podrían compartir un territorio de ese tamaño. Se cree que estos felinos cazan ciervos, búfalos, monos y lagartijas, pero los investigadores creen que una parte importante de su éxito en la supervivencia se debe a la pesca.
Es “un tipo de vivero o santuario” para los jaguares, describe Iranildo Coutinho, jefe de la estación ecológica de la isla. “Los pescadores suelen decir que la isla produce jaguares. Es la única isla costera a lo largo de la costa del Amazonas y es por eso que contiene muestras muy importantes de fauna y vegetación costera que están muy bien conservadas y actúan casi como un laboratorio vivo”.
En el área adyacente a la isla hay varios criadores de búfalos que ven a los jaguares como una amenaza, por lo que los gatos corren peligro. Por ejemplo, a fines de 2018 una jaguar hembra y su cachorro fueron asesinados tras atacar a unos perros en el pueblo de Sucuriju, a 50 kilómetros de la isla.
Según la lista roja de la UICN, los jaguares están casi amenazados debido a descensos causados por la deforestación o el comercio ilegal de pieles o partes del cuerpo de vida silvestre. El Amazonas es actualmente la mayor fortaleza para los jaguares, pero los incendios forestales han destruido el hábitat de unos 500 ejemplares. Los gatos, que son unos de los depredadores más grandes de Sudamérica, a menudo son vistos como la prueba de salud para el bosque.
Gracias al uso de collares identificatorios para jaguares con tecnología satelital, los investigadores pueden recibir cada hora actualizaciones sobre los movimientos de los felinos. Además, las cámaras ocultas han tomado más de 30 mil imágenes. Estas observaciones permiten comprender cómo los depredadores usan su territorio, lo que puede ayudar a entender cómo limitar los conflictos con los seres humanos.
El grupo de la WWF recolectó también muestras de sangre de los jaguares con collar para ver si cruzan o no al continente para reproducirse. Si no lo hacen, su grupo genético sería muy pequeño y podría traerles problemas de salud a largo plazo.
El investigador principal de la Sociedad Zoológica de Londres y experto en las relaciones depredador-presa, el Doctor Chris Carbone, señaló que la investigación realizada por la ONG muestra la versatilidad de los gatos. “Es bueno ver a los jaguares mostrando tal adaptabilidad, ya que la vida silvestre en general está cada vez más expuesta a reducciones en sus hábitats y esta capacidad de adaptación puede ser crítica para la supervivencia futura de tales poblaciones”, señaló.
“Dicho eso, no debemos ser complacientes”, añadió. “No sabemos cuánto tiempo llevan pescando los jaguares en estas islas. Si se trata de una adaptación conductual de larga data, es posible que muchas especies experimenten cambios en sus hábitats que son demasiado repentinos para permitir que se adapten”.
Esta investigación se lleva a cabo junto al Instituto Chico Mendes Para la Conservación de la Biodiversidad y el Jaguar Conservation Fund. “Es importante preservar esta isla porque este lugar es un tesoro”, señaló el conservacionista Lailson Ferreira, que trabaja con WWF en dicha isla. “Aquí hay criaturas muy especiales, como el jaguar manchado y muchos otros”.
“Meses de planificación meticulosa entraron en la misión, pero nunca podemos garantizar el collar de un animal salvaje”, agregó Ferreira. “Tener tres jaguares en esta primera expedición de WWF es un resultado sorprendente”.
“La tecnología satelital instalada en los collares nos proporciona actualizaciones por hora sobre los movimientos de los animales durante hasta ocho meses, lo que resulta en un banco de información sobre cómo los jaguares usan el bosque para vivir y prospera”, concluyó.
Este año, los investigadores esperan instalar más cámaras escondidas y, en el mes de junio, pretenden sumar a dos jaguares más.
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