Ambos animales ahora tienen un hogar, una dueña y un amigo inseparable porque al contrario de lo que se cree, los perros y gatos si pueden ser amigos.
Aunque se piensa que perros y gatos son enemigos acérrimos, lo cierto es que eso no puede estar más alejado de la realidad ya que Wyatt y Wesley son el vivo ejemplo de todo lo contrario.
Wesley es un pitbull que vivió la mayor parte de su vida en un refugio para animales debido a su aspecto intimidante, pero ahora llegó a la casa de María y ha sido una mascota ejemplar.
Este pitbull es cariñoso y amistoso y su dueña está contenta de haberlo elegido para que forme parte de su familia.
Cuando Wyatt, un gato rescatado de la calle llegó a la casa de María, ella dudo en presentarlos y tenerlos en la misma casa, pero sus mascotas le demostraron que la amistad y el amor traspasa las especies.
Su amistad comenzó con juegos, aunque Wyatt se ponía un poco tenso cuando mordisqueaba las orejas de Wesley, pero el perro es paciente y adora a su nuevo amigo gatuno.
«No solo juegan entre ellos, sino que también han desarrollado algunas características humanas que hacen reír», afirma María.
«La cara de Wesley, por ejemplo, es naturalmente expresiva. Es como un personaje de dibujos animados. Siempre se puede saber lo que está pensando», dijo a The Dodo.
Wyatt tiene hábitos extraños pero adorables. «Cada vez que él y Wesley se abrazan, el ronroneo del gato es tan fuerte que podría despertar a los vecinos» dice su dueña.
«Creo que me sentí atraído por los dos, debido a sus características extrañas», dijo María. «Y creo que también es por eso que se llevan tan bien. Ambos son almas tan especiales».
Esta amistad está documentada en Instagram donde tiene más de 170 mil seguidores.
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