Hace unos meses, el chileno David Fernández (25 años) conoció la desgarradora historia de Begoña. Ella es una perrita que vivía en pésimas condiciones, en la orilla de un canal en la capital chilena, Santiago. El joven, un amante de los animales, vio una imagen de ella en un grupo en Facebook y no pudo quedarse de brazos cruzados. Tenía que ayudarla.
Por eso, David se dirigió hasta el lugar para sacarla de ahí. Cuando llegó, vio una triste postal.
“Estaba llena de sarna, heridas, llagas, conjuntivitis… y peores cosas”, recuerda el joven. “Tenía una fractura en su patita izquierda trasera”.
Y como si fuera poco, en el sector había varios perros más en las mismas condiciones de Begoña. Además, ella había sido madre hace poco y sus cachorritos habían muerto.
“Fue terrible ver tanta miseria, tanta hambre, ver todos los perros desnutridos. Sus hijos no tenían patitas. La cara de dolor que mostraban daba a entender que no habían tenido una muerte natural, era sufrida. Se nota que alguien lo hizo”, le dijo David al medio local BioBioChile.
Se le rompió al corazón al entender por lo que había pasado. Así que decidió sacarla de ahí y la llevó hasta una clínica veterinaria.
“Pedí un Uber para llevarla a la clínica, pensé que no iba a llegar pero el chofer me ayudó y la llevó en su auto a pesar del olor que tenía”, contó el joven.
Aunque fue dura, la recuperación resultó exitosa. Debió tomar medicamentos contra el sarna y refuerzos vitamínicos, comer alimento especial y tomar baños sanitarios.
Seis meses después del rescate, su cambio es impresionante. El amor y el cuidado que le dieron, sacó a relucir toda su hermosura.
Hoy, la perrita busca una familia que la quiera adoptar y entregarle todo el amor que merece y nunca recibió en sus 10 años de vida. Aunque seguramente, quien la adopte será el que más amor recibirá.
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