Mientras trabajaba en su carnicería, un desesperado niño se acercó a Felipe Garduza para preguntarle si tenía un trabajo para él. El joven de huimanguillo (México) quedó desconcertado, y le preguntó si de verdad quería trabajar. El niño, con una sonrisa de oreja a oreja, le dijo que sí y que podía comenzar en cinco minutos.
El menor fue y volvió al cabo de cinco minutos para trabajar “con todas las ganas del mundo”. Felipe contó en su cuenta de Facebook que el pequeño tomó un cuchillo apenas llegó, y estaba listo para aprender su nuevo oficio.
Ahí Felipe también contó la triste historia que envuelve el esfuerzo del niño.
El pequeño se llama Jorge, tiene 8 años, y perdió a su madre y su papá lo abandonó. Hoy vive junto a sus dos hermanos bajo el cuidado de su abuelita, pero con muy pocos recursos para sobrevivir.
Al día siguiente de que Jorge llegara a la carnicería, Felipe le dio comida y el niño se la devoró. Cuando le preguntó si había comido algo recientemente, el pequeño le contestó que “ayer comí unas tortillas”.
“Créanme, me sentí muy mal y decidí que iba a apoyarlo y tratar de enseñarle este humilde oficio, porque se que primero Dios le servirá”, escribió un conmovido Felipe.
“Quiero resumir esto en qué, allá afuera hay muchas personas sufriendo, muchos niños y niñas sin comida o ropa para vestir. En qué no todos tenemos las mismas opciones, en qué a esos niños que andan pidiendo un peso, les demos un taco, ropa, juguetes y si podemos les demos trabajo”, agregó Garduza.
Cuando recibió su primer salario, Jorge no podía más de felicidad.
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