Sus nombres son Bambi y Aladino, curioso ¿no?, ya que nos recuerdan a una película de Disney, pero lo más importante es la historia detrás. Aladino practicaba la caza frecuentemente hasta que un día, a 2 kilómetros de su casa, encontró a una cría de ciervo que estaba desfallecidno. Su madre no aparecía y no tenía nada de comer, así que Aladino decidió hacerse cargo de ella e intentó hacer que sobreviviera.
En la actualidad, , Bambi es una cierva adulta que sigue a todas partes al hombre que le salvó la vida. Aunque vive en libertad, cada día visita a su amigo y pasan horas juntos, como si el fuera su padre.
No todo queda ahí, ya que lo interesante es cómo Bambi cambió la vida de Aladino de una forma que él jamás imaginó, pues el hombre no ha vuelto a empuñar un arma y matar a un animal. “Aunque me pagues lo que me pagues, yo no mato ningún animal”, explica arrepentido de su pasado antes de Bambi.
Aladino logró descubrir de qué son capaces los animales cuando les miras a los ojos, hasta qué punto pueden transmitirte su cariño y agradecimiento y hacerte sentir que formas parte de algo más grande.
Sería ideal que más cazadores vivieran esta linda experiencia para poder ver en persona lo que se siente entrar en contacto con un ser vivo. Si no lo hacen, jamás podrán experimentar la empatía y tendremos que conformarnos con esta bonita historia que parece sacada de un cuento de hadas. Es maravillosa:
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