Llegó a una ciudad industrial en Rusia y sus habitantes no podían creer la triste postal de la que fueron testigos.
Aunque el problema ambiental está latente y causando estragos y se piensa que los problemas serán apreciables en un futuro, lo cierto es que hoy ya se puede ver la dimensión de ese daño.
Hasta el 2014 ya se había reducido en un 40% el área cubierta de hielo marino en el Ártico, afectando a la fauna que ya no sabe donde buscar alimento.
Un oso apareció en las calles de Norilsk, ciudad industrial de Rusia.
Se estima que caminó más de 1600 kilómetros desde la costa del Océano Ártico para buscar comida, aunque su motivación no habría sido alejarse de su hábitat, pero de seguro se desorientó.
Con hambre y muy débil, esquivó a los vehículos que lo hicieron protagonista de innumerables fotografías que se subieron a internet.
«Él está seriamente afectado por el hambre, apenas puede parpadear y mantener los ojos abiertos, casi incapaz de caminar» contó Irina Yarinskaya, una fotógrafa del periódico Zapolyarnaya Pravda.
Desde 1970 que un oso polar no aparecía en la ciudad y aunque muchos querían acercarse al animal, los funcionarios de la localidad advirtieron a los habitantes que el oso podía ser agresivo.
La policía local y los servicios de emergencia vigilan al animal para que no afecte a los habitantes de la ciudad y esperan que Moscú decida si sedar al oso para trasladarlo de nuevo a su hábitat o si van a trasladarlo al zoológico en Krasnoyarsk.
Si bien los animalistas esperan que regresen al oso polar a su hábitat, hay que estudiar si es factible que él pueda sobrevivir allí sin tener que morir de hambre.
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