Tener un bebé puede ser lo más hermoso del mundo o también lo más terrible cuando las cosas no salen como es lo esperado. Así fue para Cheri Price, de 22 años, quien dio a luz a su bebé cuando solo tenía 23 semanas de embarazo y 6 días.
Cuando nació su hija Hallie Dillon, solo pesaba medio kilo. No pasaron muchos minutos antes de que sufriera un colapso de pulmón y pasara 7 minutos sin respirar.
Su piel era tan delgada que era posible ver su cerebro a través de la piel.
Cheri solo pudo tenerla en sus brazos luego de 18 días después de su nacimiento, el 23 de febrero.
“Desde el nacimiento la pusieron en una incubadora y no pudimos tocarla, pero podíamos ver todas las venas de su cerebro a través de su piel roja“
Además, se refirió al aspecto de su bebé y las pocas posibilidades que tenían para que sobreviviera.
“Cuando Hailie nació, sé que suena mal decirlo, pero se veía como una alienígena roja. Ella todavía estaba en la tapa de feto y no parecía un bebé en absoluto, no podíamos creer que sobreviviera”.
Las contracciones de Cheri comenzaron en enero, pero el hospital local no pudo hacerle frente a su complicada situación por lo que la única solución era visitar un hospital que contara con tecnología para su embarazo.
Pero para llegar al nuevo hospital y donde estaba su hermano que la ayudaría en este proceso, debió viajar por casi 500 kilómetros que no estuvieron libres de contracciones.
Luego de entrar y salir del hospital por varios días y pasar un tiempo pésimo en todo este proceso, se le rompió la bolsa, lo que la obligó a una situación de urgencia.
Lo bueno es que ahora está bien y así luce su pequeña hoy:
Pero el periodo que vivieron hasta como lo vemos hoy no fue fácil. En las primeras semanas la pequeña no habría los ojos y existía una gran posibilidad de que la niña quedara permanentemente ciega, ya que su retina no estaba desarrollada adecuadamente.
Luego fue diagnosticada con ROP (Retinopatía Prematura), en 3 etapas, por lo que debió visitar hospitales especializados en temas de la visión para salvar la vista de su niña. Afortunadamente en el hospital Portsmouth Queen Alexandria le dieron una solución y la salvaron de la ceguera.
Actualmente Cheri es madre a tiempo completo y junto a su novio y padre no planean tener más hijos.
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