La vida del atlético joven Brian Boyle cambió drásticamente el día 6 de julio de 2004. Tenía 18 años, e iba camino a su casa después de tomar clases de natación en Maryland cuando un camión chocó contra su coche. El accidente sucedió apenas algunas semanas luego de su graduación, cuando ya se preparaba para ir a la universidad.
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Su corazón dejó de latir, sus órganos estaban dañados, y sus costillas rotas. Tenía la clavícula partida en dos y perdió el 60% de su sangre.
Estuvo en coma durante dos meses, y fue declarado muerto en ocho ocasiones.
En el proceso, fue sometido a 14 cirugías, 36 trasplantes de sangre y 13 tratamientos de plasma. Pese a todos lo esfuerzos, los médicos prepararon a su familia para lo peor: incluso si lograba sobrevivir, probablemente no podría volver a caminar.
Garth y Joanna, los padres de Brian, no soportaban ver a su hijo así. Todos los días se juntaban a su alrededor y rezaban. Garth sentía que su único hija ya se estaba dando por vencido.
Así fue como su padre decidió tener una última conversación con él. Sentado a su lado, Garth le dijo a Brian que él era la luz de sus vidas y que lo necesitaban junto a ellos.
Pronto Brian despertó, le quitaron todas las sondas de respiración, y cuando pudo volver a hablar contó que lo que le ayudó a seguir intentándolo fueron las palabras de su padre.
Arriba puedes ver el video de cuando fue al programa de Ellen DeGeneres para contar su emotiva experiencia.
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