Siempre nos enseñan cuando pequeños que la apariencia no lo es todo, pero a medida que pasa el tiempo, comenzamos a ver a la ropa y otros factores como símbolos de estatus. Si alguien no luce presentable, puede que no consiga trabajo o hasta que no lo dejen entrar a ciertos lugares. Esto fue lo que demostró el famoso Youtber Coby Persin, quien decidió hace un experimento social a través de una broma de cámara escondida y compartirlo en la red.
Coby se vistió como un vagabundo y fue a un restaurante muy caro y exclusivo a ver cómo era tratado. La primera persona que él encontró fue al anfitrión en la entrada.
“¡Hola! ¿Tienen una mesa disponible para mí y mi amigo Ronaldo?”
“Lo siento, no podemos hacer eso, señor. Este lugar es muy caro para ti”
El millonario disfrazado de vagabundo, le pidió el menú y el anfitrión se negó nuevamente. De hecho, le aconsejó que se fuera a McDonald’s. Coby intentó convencerlo de que tenía el dinero, pero no funcionó.
Los empleados del restaurante le pidieron que se fuera y él tuvo que retirarse del frente de la propiedad. Desde allí, a unos cuantos metros del restaurante, el “vagabundo” llamó a un amigo.
“Ronaldo, ya puedes venir. ¡Me echaron!”
Al cabo de unos instantes se aparece un increíble auto convertible de alta gama, marca Rolls Royce.
Del auto se baja un hombre con una maleta y se la da a Coby.
Coby le agradece y abre la maleta en frente del restaurante. Hay un millón de dólares en billetes adentro. El supuesto vagabundo le dice al anfitrión que es estúpido al juzgar a las personas por su apariencia.
“Yo podría comprar el restaurante entero y despedirte. Pero tienes suerte”.
Coby y Ronaldo se marcharon en su convertible y dejaron a todos con la boca abierta.
Este no es el primer experimento de este estilo que Coby hace. En otra ocasión, él también se vistió de vagabundo y comenzó a pedirle el teléfono a las personas para hacer una llamada. Todos lo ignoraron menos una persona.
La lección de estos videos es que no hay que juzgar a nadie por las apariencia. Con sus videos de broma, Coby Persin no solo entretiene sino que enseña una gran e importante lección.
Publicidad