Kazim Gürbüz, un profesor de yoga nacido en la década de 1920 en Adana, al sur de Turquía dice: “Todo el mundo puede vivir hasta los 130 años, si se aferra a las cosas correctas”. Es difícil creer que tenga 95 años, pues no aparenta mucho más de 50.
El secreto para verse así y mantenerse tan joven es que realiza yoga todos los días y que sigue una dieta saludable y estricta. Además, cree fervientemente que “su vida apenas ha comenzado” y espera convertirse en el hombre más longevo del mundo. “Todo el mundo tiene tal poder, pero es importante cuidar de uno mismo y envejecerás más lentamente”, indica.
Cada amanecer el hombre de la tercera edad sale a nadar y asegura que esa actividad tan simple es una excelente fuente de energía. También practica una amplia variedad de asanas, que son posturas de yoga, bastante difíciles en las que puede permanecer durante días.
También nos cuenta que puede contener la respiración durante 4 y 5 minutos. Pero ahí no termina la cosa. A sus 95 años, mantiene una vida sexual activa con 4 ó 5 orgasmos al día. “Me siento igual que cuando tenía 25 o 30 años”, comenta el el instructor de yoga
Ese hombre afirma que el secreto de su longevidad y buena forma proviene del ejercicio continuado y a la ingesta de alimentos saludables como: aceitunas, pimientos rojos, frutas frescas, sopas, miel y té de hierbas. “La carne no tiene cabida en mi dieta”, comenta el nonagenario, quien obtiene las proteínas que su cuerpo necesita exclusivamente a través de fuentes vegetales.
Este súper abuelo pasa todo el día al aire libre, bajo el sol, disfrutando del ejercicio físico, nadando, dando largos paseos en verano y practicando el esquí en invierno.
Una vez le dijeron que no volvería a caminar: Cuando Gürbüz tenía 41 años, sufrió un terrible accidente automovilístico en el que se fracturó la espalda. La parte inferior de su espina dorsal quedó paralizada y los médicos le dijeron que no volvería a caminar. En lugar de rendirse, lo vio como un castigo, porque era demasiado egoísta y exitoso y vio el momento de renacer. Tan sólo pasaron 9 meses después y volvió a caminar.
Pese a que cree que los médicos se equivocaban, prefiere pensar que “la fuerza de su cerebro le salvó de vivir postrado en una silla de por vida”
“La mente humana tiene una fuerza increíble, puede hacer que los músculos y el sistema nervioso se regeneren”,
Publicidad