Nada más hermoso que el amor. Está rodeado de la ilusión de que todo es perfecto, maravilloso, nada malo puede pasar. Sin embargo, siempre han habido historias trágicas donde lo que menos hay es lo que se creía.
Por eso, encontrarse en la vida con tu alma gemela es como sacarse la lotería. Hoy conoceremos una pareja especial y que fue considerada un gran ejemplo para las historias románticas: Sophia Loren y Carlo Ponti.
El inicio
La actriz conoció a su futuro esposo en 1950, en Italia. Ella tenía 15 y jamás pensaría que ese hombre sería su compañero de vida. Se llamaba Carlo y cuenta que se enamoró apenas la vio. En ese entonces, él tenía 37 años y era juez de un concurso de belleza. Más encima ya estaba casado, pero estaba convencido que esa jovencita sería su futura esposa.
Matrimonio y problemas legales
La pareja se casó el 17 de septiembre de 1957 aunque había un pequeño detalle. Carlo no había iniciado su solicitud de divorcio en México previo a casarse nuevamente. Así que era de esperarse que esta unión fuera declarada como bigamia.
Tuvieron que pasar muchos años de procesos judiciales para que Carlo fuera absuelto. En ese intertanto, la pareja decidió anular el matrimonio en 1962. Sophia comentó acerca de esa ocasión en una entrevista y menciona: “Me estaban amenazando con la excomunión, el fuego eterno, ¿y cuál era la razón? pues que me había enamorado de un hombre que había terminado con su matrimonio mucho antes … Yo sólo quería ser su esposa y tener una familia“.
Segunda boda
Luego llegaron los hijos, Carlo Jr. y Edoardo. La familia estaba completa, tenían hijos, éxito laboral, un buen pasar económico y un fuerte base donde apoyarse. Todo fue felicidad hasta que Carlo fallece en 2007. Tiempo después le consultaron a la actriz si volvería a casarse. Esta fue su respuesta: “No, jamás … Sería imposible amar a alguien más“.
Con ellos queda demostrado de que existen las almas gemelas y el amor puede ser eterno. Carlo y Sophia pudieron superar las distintas pruebas que les ha deparado la vida. Pero se amaron desde el primer minuto en que se conocieron.
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