En el año 2016, un niño pequeño llamado Charlie Proctor fue diagnosticado con una extraña forma de cáncer de hígado. Había pasado un mes, cuando los médicos le dijeron a él y a su familia que sólo le quedaban días de vida.
Los jóvenes padres, Amy Schofield y Ben Proctor, trataron desesperadamente de reunir dinero para un trasplante de órganos; sin embargo, lograron menos de la mitad. Aunque los médicos ya les habían dicho que hacerlo “no valdría la pena”, ya que la etapa avanzada del hepatoblastoma de Charlie. Desafortunadamente, los esfuerzos de sus padres fueron en vano, Charlie falleció el sábado por la noche en los brazos de su madre y antes de respirar por última vez, le dijo: “Mamá, lo siento mucho por esto”.
Fue su madre quien compartió la trágica noticia junto a una fotografía de ellos, con las miles de personas que han seguido su historia en Internet, incluyendo la estrella del pop Pink.
“Anoche, a las 23:14, mi mejor amigo, mi mundo, Charlie, respiró por última vez. Se durmió pacíficamente abrazado en mis brazos con los brazos de papá envueltos alrededor de nosotros. Nuestros corazones están doliendo. El mundo ha perdido a un niño increíble”, declaró.
Continuó: “Charlie, me diste la oportunidad de ser mamá. Me mostraste lo que realmente significa amor, Charlie. Ahora es el momento de volar, estoy tan, tan orgullosa de ti. Luchaste esto tan duro. Mi bebé, me duele mucho. Te extrañaré para siempre bebé. Dulces sueños mi bebé”.
La enfermedad del niño empezó a complicarse cuando se propagó a sus pulmones y comenzó a verse más delgado y frágil. Es más, la misma Amy escribió en su cuenta de Facebook Charlie’s Chapter, que a medida que pasaban los días se veía más deteriorado. “Ya no se parece a Charlie”, comentó.
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