Nunca sabes cuándo conocerás a alguien que te cambiará la vida. Cuando no lo buscas y cuando menos lo esperas, simplemente esos seres especiales aparecen.
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La veinteañera de Filadelfia Kayla Filoon es una amante de los perros, que un día decidió ofrecerse como voluntaria en el refugio ACCT Philly pero no sospechaba que encontraría ahí a un compañero nuevo.
Después de casi un año de trabajar como paseadora de perros, debió llevar a caminar a Russ, un tierno pitbull que después de vivir muchos abusos al fin estaba recibiendo los cuidados que merecía.
El perrito pesaba apenas 17 kilos cuando debía pesar 25, tenía infecciones y varias heridas en su cola. Apenas lo vio, Kayla supo que tendrían una especial conexión.
Aquel día, el paseo resultó ser más largo de lo acostumbrado porque la joven quería pasar tiempo con Russ. Cada vez que se detenían a descansar, el perrito apoyaba su cabeza en ella.
Inmediatamente supieron que no querían volver a separarse, por lo que Kayla decidió empezar el proceso para adoptarlo.
Esto sucedió hace un par de semanas. Hoy, Russ ya tiene un nuevo hogar y disfruta cada momento junto a Kayla, acurrucándose a su lado siempre que puede y acompañándola a todos lados. Son inseparables.
Son esas coincidencias que te hacen pensar en la predestinación. Si existe o no, no importa pues lo fundamental es que los dos están muy felices de haberse encontrado en esta vida.
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