La llegada de su perro a su vida fue por una buena razón y es que cuando Kameroun Mares estaba pasando por el peor momento de su vida, un tratamiento contra un agresivo cáncer, conoció a un adorable cachorro y decidió que era el momento de sumar un nuevo miembro a su familia. Lo llamó “Semper Fidelis”, que en latín significa “siempre fiel”.
Desde que Semper llegó a la vida de Kameroun todo fue felicidad y alegría, sobre todo en una época tan difícil como la que estaba viviendo. El problema llegó en 2016, cuando Kameroun tuvo que viajar desde Florida a California para continuar su tratamiento y dejar a Semper a cargo del amigo con quien vivía.
Su amigo la llamó con la peor noticia de todas: “Semper desapareció”, fue lo que le dijo y el mundo de Kameroun se vino abajo, sobre todo porque al poco tiempo tuvo que mudarse a California de forma definitiva para seguir con su tratamiento.
“Durante un año, seguí buscando en California, publicando volantes a través de sitios de mascotas, llamando a 15 veterinarios donde vivía sobre él, llamando a las sociedades humanas sobre él, refugios. Publiqué información sobre él en Facebook, foros de perros perdidos, páginas y grupos. Todos los días esperaba una llamada telefónica de alguien que lo encontraba … Su microchip está registrado para mí desde que tenía 3 meses … sin embargo, no recibí nada. Estaba preocupado por él y lo extrañé mucho”, dijo Kameroun Mares a The Dodo.
Fue así como Ana Campos, la investigadora, decidió estudiar el chip de Semper. Kameroun había pagado un registro de por vida en AKC Reunite y haciendo indagaciones, Campos descubrió que hace un año alguien había registrado, en otra compañía, su nombre al chip de Semper.
De esa forma, la investigadora siguió rastro tras rastro, Campos logró descubrir que el nuevo dueño de Semper lo había puesto a la venta en Craiglist por 200 dólares. Y aunque era terrible la idea de que estuvieran vendiendo a su perro, Kameroun por fin sabía que estaba bien y vivo.
Ambos no tardaron ni dos segundos en reconocerse cuando se reencontraron, mostrándose muy feliz. Y aunque habían pasado dos años y Kameroun se había trasladado a otra ciudad, no le fue complicado adaptarse a vivir con ella de nuevo. Estaban destinados a estar juntos.
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