Paige era una niña normal de 4 años de edad, que de pronto comenzó a sufrir fuertes dolores de cabeza y que cada vez eran más frecuentes. Sus padre se preocuparon y la llevaron al doctor para ver qué ocurría, y la respuesta del especialista no fue para nada algo que esperaban: la niña tenía un tumor canceroso del tamaño de un limón.
La noticia fue devastadora.
Pero el horror no terminaba ahí: a Paige le quedaban sólo un par de días de vida.
La pequeña Paige soñaba con ser la florista en la boda de sus padres, pero el diagnóstico médico era terminal y les dio sólo 24 horas a los padres para prepararse y ser capaces de cumplir su sueño.
Fue gracias a Innez Stonell, la tía de la niña, que la familia pudo convertir la habitación del hospital en el lugar de la boda.
La fotógrafa Kylie Marcic, quien fue la encargada de inmortalizar la ceremonia, le dijo a Little Things:
Siempre estaré agradecida de haber conocido a Paige y haber ganado a mi hermosa nueva amiga Tania (madre de Paige). Fue un honor y un privilegio capturar momentos tan especiales para esta hermosa familia.
A comienzos de octubre, Tania Miller y Jacob Skarratts decidieron celebrar su boda en el hospital donde se encontraba su hija Paige, exclusivamente para que ella cumpliera su sueño de ser florista antes de morir.
Gracias al permiso del Hospital Infantil Lady Cilento de Australia, y a la ayuda de la tía de Paige en la organización, Tania y Jacob se casaron 24 horas después de haber recibido la triste noticia: su hija tenía cáncer terminal.
La boda fue todo un éxito, y Paige cumplió su sueño de vestirse de blanco y ser la florista de la ceremonia de sus padres. Según Tania le comentó al medio australiano Gold Coast Bulletin:
Paige no podía abrir los ojos, pero la teníamos allí y eso era lo principal. Ella consiguió sentir y oír el amor que ella creó. Todos los días desde la boda, nos despertamos y estamos agradecidos por tenerla.
Paige, sin embargo, ha sobrevivido más de los dos días, pero el diagnóstico médico terminal es certero y pronto morirá. Aún así, al menos esta pequeña logró cumplir su sueño de ser la florista de la boda de sus padres. Y, gracias a la ceremonia, les permitió sonreír justo en uno de los momentos más dolorosos de sus vidas.
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