Los colibrís son la aves más pequeñas y tienen una velocidad de vuelo increíble, y su llamativo plumaje nos deslumbra cada vez que los veos volar o posarse en una flor. Sin duda son unas de las aves más hermosas del mundo.
Justamente debido a su colorida belleza, el picaflor ha inspirado toda clase de historias y leyendas que se han mantenido vivas hasta hoy. Para algunas culturas, incluso era considerado un ser divino y mágico. Entre las leyendas que se tejieron a su alrededor, hay un relato que cambiará tu concepción sobre la vida (y la muerte).
Dice la leyenda que, cuando a un hombre o a una mujer le llega la hora de la muerte, su alma se desprende de su cuerpo y vuela libremente hasta posarse en una flor. Allí se oculta a salvo, y espera por días y varias noches, mojándose con la lluvia y protegiéndose del viento con los pétalos que la resguardan.
En la flor, el alma se purifica, se perfuma y se conecta con la tierra que la vio nacer.
Pero un buen día llega el colibrí, quien la descubre entre los pétalos. Si es la elegida y su momento ha llegado, el picaflor la recoge amorosamente y la lleva sobre su cuerpo volando hasta el paraíso.
Aquella es la razón por la que los colibríes saltan de flor en flor y luego se alejan volando rápidamente hasta perderse en las nubes, dicen los sabios de los pueblos más antiguos.
¡Qué bella historia!
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