Adom-Ba Lucky comenzó a vender yogures en la calle mientras estaba en la escuela para poder llevar dinero a su hogar. Siempre sonó con ser profesional y aunque su padre lo abandonó, él y su madre siempre han intentado salir adelante.
Adom-Ba Lucky, siempre quiso cambiar su situación económica y se convirtió en vendedor ambulante, pensando siempre que de alguna manera, eso lo llevaría a llegar a la universidad.
Adom vive en Ghana y su madre fue abandonada por su padre al enterarse de que ella estaba embarazada y que no era opción el aborto. Su progenitor nunca le dio dinero y sólo desapareció, por eso este joven y su mamá aprendieron a vivir con lo justo, hasta que el chico se convirtió en vendedor ambulante.
Tras terminar la escuela, Adom vendió por 4 años yogures en su bicicleta y siempre ahorró un poco para el futuro ya que deseaba con todas sus fuerzas convertirse en doctor para salvar a otras personas.
Cuando creyó tener dinero suficiente, postuló a Enfermería, pero debió dejar la carrera porque los gastos eran demasiado altos. Su madre, en tanto vendía pan en la autopista y destinaba sus ahorros a la educación de su hijo, teniendo que vivir con lo justo.
La Iglesia Pentecostés, conoció la historia de este joven y su madre gracias aque los vecinos del lugar patrocinaron al chico para que vendiera sus productos en bicicleta y fue entonces que esta institución le propuso a Adom estudiar en la Universidad Pentecostés de Accra con una beca.
Publicidad