Cala es su nombre y estaba desnutrida, enferma y presentaba múltiples heridas. Era usada como ”perro guardián”.
El maltrato a los animales parece ser de nunca acabar ya que a menudo vemos casos que nos sorprenden e indignan. Esta vez un hombre en Costa Rica protagonizó un caso que debiera tener un castigo ejemplar.
Un mecánico del país caribeño usaba a su pitbull como perro guardián. Es cierto que muchas personas lo hacen, pero en este caso las condiciones de su mascota eran deplorables.
Cala tenía atada a su cuello una corta cadena que no le permitía bajar su cabeza para descansar en la llanta vieja llena de ropa vieja que era su cama.
El dueño de Cala muy pocas veces la alimentaba y la perrita tenía heridas debido a la cadena y a que estaba muy desnutrida.
Un vecino de este macabro mecánico alertó a la policía de la situación de Cala y fue así como logró ser rescatada gracias al apoyo del santuario territorio de Zaguates.
“Me sentí desesperadamente triste y frustrada. La imagen que vi por primera vez de ella mostraba a una criatura lamentable, despojada de su dignidad y lista para rendirse: un perro cuyo espíritu se había roto y estaba esperando que llegara el final mientras vivía una pesadilla sin fin”.
-Lya Battle, fundadora de Territorio de Zaguates
Tenía muchas heridas, estaba más desnutrida de lo que se creía y además estaba enferma. Faltó poco para que la perrita muriera a causa del maltrato.
“Su proceso de curación fue lento, y los humanos a su alrededor todavía tenían que causarle dolor a través de la curación de sus heridas, especialmente la herida en su cuello causada por años de colgar de una cadena de metal apretada alrededor de su cuello. Cuidarla fue tan doloroso para ella como lo fue para nosotros, pero al final ella entendió que después del dolor vino el amor y las golosinas, así que aprendió a lidiar con él como una campeona”.
-Lya Battle, fundadora de Territorio de Zaguates
Cala al principio no interactuaba con otros animales o personas y se mostraba tímida y desconfiada.
Con el tiempo, Cala comprendió que los humanos que ahora la cuidaban no eran como su anterior dueño.
“Vimos a Cala pasar de un animal débil y débil, demasiado deprimido para preocuparse, a una criatura más fuerte que estaba dispuesta a defenderse. Con el tiempo, también pudimos ver a esa criatura voluntaria incorporar el juego y la estupidez en su rutina diaria. Con cada día que pasó, vimos más de su personalidad. Ella pasó de temer a los humanos a confiar en ellos e incluso ‘molestándolos’ para que le prestaran atención”.
-Lya Battle, fundadora de Territorio de Zaguates
Cala ahora vive segura, pero su maltratador sigue libre y sin castigo alguno.
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