El señor Juan es un hombre que fue atropellado hace 3 años y a raíz de eso, su vida cambió para siempre. A pesar de no haber sido nunca un hombre acomodado, el accidente le hizo perder la movilidad de su pierna izquierda, lo que dificultó su condición de vida.
Luego de dos años de una lenta y casi inexistente recuperación, le complicó bastante encontrar un trabajo estable. Ahora duerme en la calle y debe pedir dinero a otros para sobrevivir.
Juan se instala afuera de la estación de metro Santa Lucía, Santiago (Chile), en donde pide dinero para suplir sus necesidades y las de su mascota, un pequeño conejo, al que le entrega de todo para que viva en las mejores condiciones.
Baja las escaleras del metro como puede, con mucha dificultad, para poder cambiar las monedas por billetes y comprarle alimento a su pequeño conejo.
Sin duda, a veces el que menos tiene es el que más da. Su conejito está en muy buenas condiciones y suponemos que jamás le faltará nada.
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