Su nombre es Jason Belisha y es el hombre que salvó la vida de un pequeño gatito que estaba abandonado como tantos otros que no hacen noticia en estos días. Jason devolvía el auto que había rentado cuando escuchó los desesperados maullidos de un gato. Fue ahí cuando supo que algo cambiaría y decidió averiguar lo que pasaba. Al mirar debajo del auto, encontró a un pequeño gatito asustado maullando. Al contrario de lo que Jason se esperaba, el felino no tuvo una mala reacción cuando lo vio.
El pequeño se acercó a él, lo olfateó y comenzó a frotar su diminuta cara sobre él demostrando su cariño. El gatito estaba abandonado y pasando frío bajo un auto mientras llovía. El hombre miró alrededor del lugar si había alguien que pudiese ser su dueño o si había alguna gata que pudiese ser la madre, pero no encontró nada. Pasaron los minutos y el gatito seguía maullando por lo que decidió llevárselo.
Belisha incluso fue a un refugio para comprobar si tenía dueños, pero no encontraron a ningún propietario y el refugio dijo que no podía ayudarlo, si bien Jason no estaba listo para llevar a otra mascota a casa no podía pensar en la idea de abandonarlo nuevamente. “Era naturalmente dulce y super amable. No podía abandonarlo”, dijo Belisha a LoveMeow.
Pero, habiendo pasado unas semanas, un amigo de Jason se enamoró completamente del gatito y le pidió que se lo diera para poder entregarle un hogar verdadero a lo que Jason dijo: “Fue un momento agridulce, es un gato increíble que visitaré a menudo en casa de mi amigo”.
En la actualidad, el pequeño Popeye, como fue llamado, recibió sus vacunas, curaciones, comida y por sobretodo el amor que tanto esperaba.
Un acto de generosidad y esperanza llevó a Popeye a encontrar un hogar definitivo y a tener una mejor vida que la que, sin duda, habría tenido en la calle.
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