Existe un gran número de personas que adora a los perros y piensa que son los mejores amigos del hombre. La verdad es que los perros son seres maravillosos que se ganan todo nuestro amor, sea cual sea su estado físico. Sobretodo cuando son perritos que han vivido una vida difícil después de haber sido abandonados o haber nacido en la calle, es importante darles un techo donde se puedan sentir seguros y rodeados de personas que los quieren.
Es la historia de Cora Rose, una perrita que casi no sobrevive debido al cruel maltrato de parte de un ser humano. Pasó que el año pasado en Madera, California, Core Rose llegó a un refugio con sus dos patas delanteras gravemente heridas y ahí no estaban seguros de si sobreviviría.
Es probable que alguien la haya atropellado, provocando que sus huesos se quebraran y sufriera mucho, motivo por el que sacrificarla para que estuviese en paz no era una de las posibilidades.
No obstante, cuando llegó a una organización que se dedica a cuidar animales, Zach y Heather Skow se encontraron con ella y su calidad de vida cambió por completo.
Una de sus patas ya había sido amputada porque tenía una infección y estaba a punto de perder la otra pero en el día de San Valentín y Zach y Heather la conocieron y decidieron darle un hogar para siempre. No sería una tarea fácil, pero era algo que estaban dispuestos a intentar.
Mientras pasaban los días, se recuperaba cada vez más y adquiría más fuerza en sus patas traseras, la perrita podía pararse y mover su cola como cualquier perro. Le consiguieron una silla de ruedas especialmente para ella y se divierte como cualquier otro perro en el parque e incluso puede correr.
Al estar tan recuperada, comenzó a hacer las típicas travesuras y la más memorable hasta ahora fue cuando llegaron a casa un día y le encontraron en sus dos patas parada sobre el algodón que sacó de la cama que acababa de destruir… Esta es la tierna imagen.
“Tuvo ayuda de su amigo pit bull, Avery. Él empezó y ella lo ayudó”,
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