A los perros les encanta aprender trucos para conseguir premios y cariños. Por esta razón aprender rápido a sentarse, saltar, dar vueltas, dar la pata y otras piruetas. Esa es la única forma que conocen de recibir su premio, a menos que los canes aprendan a usar el dinero.
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Un primer paso es el que ha dado este perro, que durante los últimos cinco años ha vivido en el campus del Instituto de Educación Técnica Diversificada de Monterrey Casanare. Ahí, el perrito trabaja como una suerte de guardián vigilando a los estudiantes.
Su nombre es Negro, y a cambio de su labor es cuidado por los trabajadores del Instituto. Ellos le dan agua, comida, atención y un lugar para dormir. El can ha pasado tanto tiempo en el campus, que se ha dado cuenta de algunas de las costumbres de los estudiantes como -por ejemplo- los intercambios de alimentos a cambio de monedas.
“Iba al local y veía a los niños entregar dinero y recibir algo a cambio”, dijo la maestra del instituto, Ángela García. “Un día llegó con una hoja en su boca, moviendo su cola y esperando una galleta”.
Negro había inventado su propia moneda, pero aún así no les quedó alternativa más que aceptarla. Después de todo, es el guardián del Instituto.
Desde este momento en adelante, Negro se dio cuenta de que el dinero realmente podía crecer en los árboles y ahora va todos los días a comprar su galleta. “Todos los días llega con su hoja. Es su única compra”, cuenta la vendedora Gladys Barreto.
Este tierno perro lleva ya más de un año haciendo esto, así que ahora el local tiene comida especial para él. Por el bien de su agilidad, eso sí, tiene un límite de compras diarias.
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