Todos nacemos con ciertas capacidades físicas, rasgos y personalidades, pero hay veces en que estas capacidades se ven afectadas por algún problema al nacer o en el transcurso de sus vidas. Sin embargo no siempre esto es un motivo para que perdamos la habilidad de disfrutar de la vida.
Esto no solo ocurre con nosotros, también con los animales, como Shep, un perrito que rescataron en la carretera cuando estaba gravemente herido. Lamentablemente perdió uno de sus ojos y el otro estaba dañado de forma irreparable.
Tenía 2 años y en el centro de rescate lo ayudaron a encontrar una casa, fue en ese momento cuando conoció a Micah.
Al momento de adoptarlo lo llevó con un especialista quien determinó que el daño en el ojo que le quedaba era tal que había que removerlo. Shep quedó completamente ciego, pero sobrevivió y ahora con Micah podría tener al fin un verdadero hogar.
Al principio el perrito no lograba adaptarse pero no pasó mucho tiempo para que se acomodara a su nuevo entorno. Comenzó a notarse un cambio en el comportamiento de Shep, que pasó de ser tímido y retraido a un perro alegre y lleno de alegría.
Micah adoptó a otros perros con los que Shep se lleva muy bien y ahora son sus amigos. Cualquier persona podría asegurar que Shep no es ciego, ya que corre, salta, juega y vive como un perro normal.
Se necesita tener ciertos cuidados para evitar que tenga accidentes, pero fuera de eso su vida es bastante similar a la de otros perros.
Su discapacidad no lo hace diferente, Shep es un perro que disfruta de la vida y del amor que recibe de su nueva familia, lo cual le ha salvado la vida.
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