Hace muy pocos días, sucedió un hecho estremecedor que movilizó a las calles y los noticiarios de Jalisco, México. La noticia era que cinco estudiantes habían desaparecido en tan solo un par de días, lo que provocó que los ciudadanos comenzaran con las búsquedas. Todo partió con Salomón Aceves, de 25 años; Daniel Díaz, de 20; y Marco Ávalos, quien también tenía 20 años.
Los jóvenes vivían en la zona metropolitana de Guadalajara, donde estudiaban cine. Ocurrió que el lunes, después de grabar un corto junto a otros compañeros en Tonalá, una localidad cercana a Guadalajara, emprendieron el viaje de regreso a sus hogares.
Repentinamente, en el camino,tuvieron problemas con uno de los dos autos en los que viajaban. Entonces, afirman otros muchachos que estuvieron durante el rodaje, llegaron dos camionetas, rodearon al grupo de jóvenes, y de ellas se bajaron varios hombres portando armas de grueso calibre. Según cuentan los jóvenes, éstos dijeron ser miembros de la fiscalía estatal y los obligaron a tirarse al suelo. De acuerdo a sus versiones, cuando levantaron la cabeza, los tres muchachos habían desaparecido.
Jalisco comenzaba a movilizarse cuando el gobernador de dicha localidad, Aristóteles Sandoval, confirmó otras dos desapariciones. Se trataba de César Ulises Arellano y Susana Carolina Gutiérrez Flores. Ambos estudiantes de la Universidad de Guadalajara.
Arellano, de 18 años, cursaba el segundo semestre de medicina; Flores, de 20, sexto semestre de psicología. El gobernador afirmó que utilizarían todos los medios posibles para encontrar a los jóvenes.
Por fortuna para la joven y su familia, habiendo pasado unas horas, el gobernador anunciaba en su cuenta personal de Twitter que Gutiérrez Flores había sido hallada en perfectas condiciones y que estaba a salvo en las dependencias de la Fiscalía General del Estado de Jalisco. La familia ya iba a buscarla. La joven de 20 años salió del ojo público de los medios, pues ya estaba en casa.
Desafortunadamente, Arellano no tuvo la misma suerte que Gutiérrez, pues hace pocos días se informó a través del Twitter del gobernador un mensaje muy triste y que terminaría poniendo al descubierto la intolerancia de México.
Sandoval informó que el cuerpo sin vida de César Ulises Arellano fue encontrado el día domingo. La publicación decía que el muchacho de 18 años habría “atentado contra su propia vida”.
Desgraciadamente, el cadáver fue encontrado en la Barranca de Huentitán, una zona de difícil acceso, donde los bomberos habrían acudido a apoyar a las autoridades en su rescate. Existen personas que no están de acuerdo con el relato oficial y muchos exigen que se revelen informes más detallados sobre el caso del cuerpo de César Ulises. Estas personas indican que están seguras que el suicidio es solo un movimiento mediático del gobierno para no levantar sospechas frente al asesinato de otro joven. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿qué motiva a un estudiante de primer año de medicina a suicidarse teniendo tan solo 18 años?
Dejó una carta al morir
Durante la investigación, encontraron una carta póstuma entre las pertenencias de Arellano, según informa la Fiscalía general de Jalisco. En ésta, el joven relata que el principal motor de su suicidio fue la nula aceptación que recibió por parte de sus pares, en sus palabras, se sentía marginado por ser homosexual.
En la misiva pide que no se haga un escándalo por su muerte, pues dice que a pesar de saberse afortunado, no puede más con la situación:
Hoy, lo único que queda para demostrar el hecho de que César Ulises haya atentado contra su vida, son las pruebas periciales del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF). Pero, ya se aseguró que no hay indicios de violencia física, ni elementos en el cuerpo del joven que apoyen la tesis de un posible homicidio o actuar de terceros.
Homofobia
México también es un lugar lleno de agentes del odio y la discriminación, a pesar de que se suela pensar en México como un país abierto y receptivo, dispuesto a la aceptación de las minorías histórica y culturalmente oprimidas, pues muchas veces está lejos de ser el lugar que pensamos.
No entendemos porqué, en un país dividido por la guerra contra la delincuencia, el narcotráfico y las desapariciones maquinadas por el Estado y los partícipes más peligrosos de su sociedad, aún se debe seguir apuntando a quienes tienen preferencias sexuales que incomodan a su sector más conservador.
Por fortuna, las réplicas de otros usuarios de las redes lograron que muchos intolerantes dejaran de esparcir odio. Sin embargo, aún hay registros de cómo reaccionaron muchos usuarios activos de las redes sociales ante la muerte de César Ulises:
Acá hay de todo: Homofóbicos, ignorantes, agresivos, y peligrosos. Así demostraron ser los usuarios de las redes sociales al atacar a un joven de 18 años muerto por sentirse excluido en esta sociedad.
Él no quería causar un escándalo, lo había dejado claro, pero parece ser que hay personas incapaces de respetar eso. Incluso cuando las pruebas ya parecían ser irrefutables, y el pueblo mexicano había sacado lo peor de sí mismo, otra pieza clave en la historia de César Ulises aparecía ante la luz pública: un joven llamado Gustavo Cuevas, y que se describe a sí mismo en su cuenta de Twitter como “Un loco más que twittea, amante compulsivo del café y los perros”, aseguraba haber mantenido una relación sentimental con Arellano.
En una emotiva publicación de Twitter, donde decidió obviar el estado de la inclusión de la comunidad LGBTI en México, el joven declaró que habían sido pareja, con el corazón destrozado, le declaraba su cariño públicamente:
La gente aún espera que el Estado se manifieste para aclarar los motivos de la muerte de César Ulises. Sin embargo, las pruebas parecen concluyentes.
De acuerdo a muchos usuarios, una muerte está justificada por la orientación sexual de una persona; hay otros que hicieron comentarios en un tono de celebración.
Si hablamos de justicia, en la teoría, la justicia es un bien inmaterial y transversal y todos merecemos sentirnos seguros al caminar por la calle, debemos estar felices de poder amar a quien queramos; y, más importante aún, debemos poder sentir la libertad de no dar explicaciones por cometer actos inofensivos, como tener una pareja. Mientras no se lastime a nadie, la gente debe aceptar la forma de vivir de los demás. En este minuto, México entero llora tanto la muerte de César Ulises, de la misma forma en que lamenta la homofobia. Además, esperamos poder recibir noticias sobre los tres estudiantes de cine de Jalisco.
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