Todos tenemos algo de nuestros padres. Incluso mucho más de lo que quisiéramos reconocer, o de lo que nos podemos dar cuenta. No sólo algunas costumbres, mañas y algunas visiones de mundo, sino también cosas buenas.
Y, en ese sentido, basta mirar al príncipe Harry cuando sostienen el cuerpo enfermo de un pequeño niño en sus brazos: no necesitamos una prueba de ADN para saber que es hijo de Diana.
Harry ha heredado la compasión y preocupación que su difunta madre tenía por los heridos: ella no temía abrazar a los oprimidos en sus secretas visitas a hospitales. Tal y como lo ha hecho el príncipe hace poco.
Diana fue una figura importantísima, una de las primeras celebridades en fotografiarse junto a una persona infectada de VIH, lo que ayudó enormemente a cambiar la opinión pública obre las personas seropositivas.
El Príncipe Harry ha conocido hace poco a Ollie Carroll, un pequeño niño de 6 años que lucha contra la enfermedad terminal de Batten.
Ollie ganó el premio al Niño Más Inspirador en los Wellchild Awards, donde usó todas sus fuerzas para ponerse de pie por sus propios medios, lo que provocó lágrimas en sus conmovidos padres.
Lucy y Mike Carroll, los padres de Ollie, dijeron que el encuentro del príncipe y su hijo fue mágico, y creen que formaron un vínculo inquebrantable ese día.
El niño sigue recibiendo tratamientos médicos junto a su hermana Amelia, de 3 años, quien sufre la misma afección.
Luego del encuentro, la familia le escribió una carta al príncipe, contándole de la evolución de sus hijos y agradeciéndole por su apoyo incondicional.
En su encuentro, Harry acunó a Ollie e hizo reír a Amelia, dándole un recuerdo a esta familia que será apreciado por siempre. Según contaron sus padres:
Durante una hora, el príncipe Harry se sentó con nosotros hablando y jugando con nuestros niños, riéndose y haciendo recuerdos. Lo mismo que nuestros hijos quieren más en la vida, ser felices y divertirse.
Un año antes de su trágica muerte, la Princesa Diana visitó un hospital en Lahore (Pakistán), donde se tomó una histórica fotografía con un paciente con cáncer.
¡Dime si no son igualitos!
La princesa de Gales se conmovió hasta la lágrimas con el niño en sus brazos, y vemos la misma emoción en Harry.
Qué bellos momentos. Sobrecogedores.
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