Se trata del cráter más grande que existe en Siberia y se le conoce como “la puerta al inframundo” y todos los años no hace más que crecer en tamaño y profundidad, algo que tiene preocupados a los científicos.
El cráter de Batagaika se originó por la deforestación que hubo en el lugar en los años 60. Esto, sumado al cambio climático, hace que el suelo se caliente durante los meses de calor por lo que la temperatura es mayor de lo normal. La capa de hielo se derrite y el suelo colapsa.
El cráter mide 1 km de largo y 86 metros de profundidad y todos los años va aumentando en unos 10 metros. Según estudios realizados, se ha observado que en épocas más cálidos, el crecimiento se incrementa en 30 metros por año.
La real preocupación se debe a que al haber un derretimiento del hielo, hay emanación de metano y dióxido de carbono a la atmósfera lo que ha incrementado el calentamiento en la zona.
“Según estimaciones, la cantidad de carbono que hay almacenado en el suelo congelado es la misma cantidad de lo que hay en la atmósfera. Este fenómeno podría contribuir al calentamiento global” señaló Frank Günther, especialista en la materia.
Lo bueno es que los científicos creen que en los sedimentos que hay en el cráter se podría hacer estudios de la historia de la Tierra de hace 200.000 años. De acuerdo a la estratificación visible, hay dos bandas que muestran las épocas de bosques densos donde, en un momento, el área estaba abierta de tundra. Además se han descubiertos restos de un mamut, un buey almizclero y un caballo de una data de 4.400 años.
Estos estudios serán de gran importancia y podrían ser útiles para comprender cómo cambió el clima de Siberia en el pasado y predecir cómo puede cambiar en el futuro.
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