Todo comenzó cuando sintió un fuerte dolor de estómago.
La chica de las imágenes se llama Holly Lewis. Ella tenía 21 años en 2012 cuando quedó embarazada. En un momento empezó a sentir dolores de estómago y espalda. Los síntomas iban aumentando así que decidió ir a ver a a un médico que estaba fuera de servicio. En ese momento, él la tranquilizó y le dijo que probablemente se trataba de un problema gástrico.
Pero el dolor se seguía acrecentando. Por lo que fue a urgencias del Hospital De La Mujer de Birmingham. Allí recibió la peor noticia que una futura madre puede recibir.
El doctor que la atendió le dijo que estaba en una etapa temprana de embarazo, pero que sufrió una pérdida. Cuando Holly volvió a su casa, sentía que su bebé aún estaba con vida.
Luego de una semana, volvió donde el mismo doctor y nuevamente le dijo que su bebé había muerto debido a un embarazo ectópico, un tipo de embarazo que se desarrolla fuera del útero.
Ella no podía aceptarlo e insistía que ellos estaban equivocados.
Volvió una tercera vez, en esa oportunidad le dijeron que no siempre se puede detectar un embarazo en su primera etapa, por lo que no se puede confiar en un diagnóstico definitivo.
Y justamente Holly tenía la razón. Su hija Lacey, la bebé que se suponía que había muerto, ahora es una bebita sana y hermosa. Según cuenta la feliz madre, hasta el momento nadie de la institución se le ha acercado a darle explicaciones o a pedirle disculpas por esa terrible negligencia médica. Ella está agradecida de haber confiado en su intuición.
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