Este hermoso bebé de un año y medio no soportaba andar en auto con sus padres, cada vez que lo sentaban dentro comenzaba a llorar y hacer una tremenda rabieta. Los padres pensaban que solo se trataba de alguna reacción al viaje en sí, quizás sentía mareos al andar sobre el auto y por eso lloraba a tal punto que vomitaba.
Incluso una pensaron medicarlo antes de subirlo al auto, ya que la desesperación del pequeño solo aumentaba a lo largo del tiempo.
Ninguno entendía muy bien de qué se trataba la rabieta y pensaron que se le pasaría conforme pasaran los meses, pero un día su madre lo sujeto en el asiento y le quitó la polera para amarrarlo a su silla de bebé. Él lloró de inmediato y cuando llegaron al destino y sacarlo del asiento quedaron impactados por lo que vieron.
En su espalda había una enorme marca roja que se lo había provocado un gran objeto punzante que estaba detrás de su asiento.
Sus padres se sintieron fatal, porque por más de 15 meses su hijo había viajado en esa silla soportando el terrible objeto punzante.
No pensaron dos veces y demandaron a la empresa que les vendió el auto.
La empresa respondió bien y a cambio de todo el dolor sufrido, les cambiaron el auto por uno nuevo sin incomodidades para el bebé.
El niño ya no llora al subir al auto y viaje feliz junto a sus padres, pero de todos modos ellos jamás olvidarán el dolor que le provocaron a su hijo.
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