Una demanda colectiva por 500 millones de shékels (125 millones de dólares) enfrenta Apple en Israel, luego de que la semana anterior la empresa admitiera ralentizar deliberadamente el rendimiento de modelos anteriores de su iPhone. Los cargos siguen la tendencia, pues demandas similares se han presentado ya en Estados Unidos.
Los ciudadanos tras la demanda afirman que Apple incumplió su deber ante los consumidores al ocultar información.
El gigante tecnológico admitió la semana pasada que proporcionaba actualizaciones al sistema operativo iOS que hacían más lentos los dispositivos antiguos, y lo justificó diciendo que lo hacía para que la baterías envejecidas duraran más.
Sin embargo, querellantes estadounidenses señalaron que fue justamente el silencio de la compañía al realizar esta ralentización lo que llevó a los usuarios a creer erróneamente que necesitaban comprar un nuevo iPhone de nueva generación, más costoso.
Demandantes israelíes aseguran que las actualizaciones de software perjudicaron su capacidad para navegar por internet, consultar su correo electrónico y usar correctamente varias aplicaciones.
“No hay duda de que la información sobre la desaceleración del dispositivo es importante y fundamental. Los usuarios tenían derecho a obtener [esa información] de Apple antes de decidir si instalar las actualizaciones de software“, señala la demanda.
Los demandantes también alegan que, aunque Apple afirmara tener motivos técnicos para la ralentización de los equipos, decidió ocultar esa información a los usuarios para que ellos reemplazaran sus iPhone por unos nuevos, en lugar de simplemente cambiar la batería por una nueva.
Ya existe una demanda contra Apple en un tribunal federal de Chicago a nombre de cinco propietarios de iPhone en Illinois, Ohio,Carolina del Norte e Indiana. Todos los demandantes declararon que nunca habrían comprado nuevos modelos de iPhone si la empresa les hubiera dicho que si reemplazaban la batería, su teléfono funcionaría más rápido.
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