Jimmy, de 85 años, parece un dulce abuelo, pero oculta un adorable secreto. A espaldas de su esposa cuidó a una camada de gatitos, porque ella se negó a quedárselos.
“Mi abuelo se preocupa por los gatos callejeros y les deja comida detrás de casa, cerca del cobertizo de las herramientas, donde mi abuela nunca va”, asegura Syl, su nieta. “Esta gata en particular era muy amigable y se encariñó de mi abuelo”.
La gata estaba embarazada y Jimmy sabía que su esposa no quería gatos a su alrededor, sin embargo sintió que tenía que ayudarla, incluso si tenía que hacerlo en secreto y clandestinamente.
Entonces, luego de nacer los gatitos, Jimmy los puso dentro del cobertizo.
El tiempo pasó y su esposa no percibía ninguna presencia felina. Pero a las tres semanas, descubrió la guardería gatuna.
Por suerte su corazón se suavizó al ver a los tiernos gatitos.
Ahora le parece bien que se queden en casa hasta que sean lo bastante mayores para encontrarles un hogar.
Una historia muy adorable y enternecedora.
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