Siempre encontramos parecidos entre padres e hijos: los gestos, algunos rasgos, el genio. Y el Príncipe Harry no es la excepción. Se parece mucho a su madre Diana de Gales, especialmente cuando sostiene el cuerpo de un pequeño niño enfermo en sus brazos. No se necesitan pruebas de ADN para comprobar el vínculo.
La compasión de Harry por los heridos refleja compasión y preocupación, la misma que demostraba la Princesa Diana, que no temía abrazar a los oprimidos en sus visitas secretas a los hospitales. Y Harry también hizo una hace poco.
Basta recordar que Diana fue una de las primeras celebridades en ser fotografiada junto a una persona infectada con VIH, lo que ayudó a cambiar la opinión pública sobre personas seropositivas.
Hace unas semanas, el Príncipe Harry conoció a Ollie Carroll, un niño de 6 años que lucha contra una enfermedad terminal llamada Enfermedad de Batten.
Ollie había recibido el premio al niño más inspirador en los Wellchild Awards, donde reunió fuerzas para ponerse de pie por voluntad propia, provocando lágrimas de emoción en sus padres.
Lucy y Mike Carroll, los padres de Ollie, describieron la reunión como “mágica” y aseguran que su hijo formó un vínculo inquebrantable con el príncipe aquel día. Ollie continúa recibiendo tratamientos médicos junto a su hermana, Amelia de 3 años de edad, quien también padece el mismo mal que el niño.
Tras la visita, la familia escribió una carta al príncipe, para ponerle al día sobre la vida e sus hijos y agradecerle por su apoyo incondicional.
Fue en el tratamiento más reciente de Ollie y Amelia que el príncipe se acercó a abrazar a los niños, acunando a Ollie en sus brazos y haciendo reír a Amelia. Y, lo más importante, le dio a la familia un feliz recuerdo que siempre será guardado en sus corazones.
Mira esta fotografía de la visita de la Princesa Diana a un hospital en Lahore (Pakistán) en 1996, justo un año antes de su trágica muerte. Ahí, se tomó una fotografía acunando a un paciente con cáncer.
En la comparación se nota lo igualitos que son:
La lucha de ambos es la misma, pero sigue siendo hermoso e inspirador.
“Durante una hora, el príncipe Harry se sentó con nosotros hablando y jugando con nuestros niños, riéndose y haciendo recuerdos”, escribió en un comunicado la familia Carroll. “Lo mismo que nuestros hijos quieren más en la vida, ser felices y divertirse”.
¡Qué bellos momentos!
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