Era el año 1990 y el reconocido físico Albert Einstein fue declarado “El Hombre Del Siglo” por la Revista Time. Es casi lógico, ya que su teoría de la relatividad expandió nuestra comprensión del universo y nos ayudó a desentrañar los secretos de la energía nuclear. Aunque no lo creas, Einstein no era famoso durante sus días de juventud por adorar la escuela tradicional, de hecho era un mal estudiante y se esforzó para educar a sus hijos según sus propias pautas de formación.
Einstein definía la educación de esta manera: “La educación es lo que queda cuando uno olvida todo lo que aprendió en la escuela”. Él sostenía que era inútil obligar a alguien a aprender contenidos de memoria y que era mucho más positivo intentar alimentar la imaginación de los niños que llenarlos con cifras y datos sin sentido.
Basado en todas sus creencias, Einstein sostenía que la enseñanza, “debe ser tal que pueda recibirse como el mejor regalo y no como una amarga obligación”. Es más, Einstein se oponía a la noción tradicional de educación por considerar que “Utiliza como fundamento el temor, la fuerza y la autoridad. Este tratamiento destruye los sentimientos sólidos, la sinceridad y la confianza del alumno en sí mismo. Crea un ser sumiso”.
Comenta y comparte este artículo.
Publicidad