Lo cierto es que faltan millones de años, pero astrónomos ya lograron predecir en qué momento el Sol se convertirá en un gigante rojo que consumirá la mayor parte de los planetas del sistema solar. Si bien tendremos que esperar 5.000 millones de años, los científicos ya se encargaron de detallar cómo lucirá el astro en ese momento, en el que también causará estragos radiactivos y gravitacionales en cuerpos celestes exteriores.
Para ellos, usaron el radiotelescopio más grande del mundo, llamado ALMA (Atacama Large Millimeter / submillimeter Array), ubicado en Atacama, Chile, y con él capturaron otra estrella roja que en algún momento tuvo la misma masa que el Sol pero que, al llegar a su vejez, se hinchó. Incluso, su radio es, en la actualidad, el doble de la distancia existente entre el Sol y la Tierra, algo que podría pasar entre estos en el futuro, publicó Nature.
El astro se llama W Hydrae, que se ubica a unos 320 años luz de distancia en la constelación de Hydra. De ella se tomaron algunas de las imágenes más nítidas de una estrella similar al Sol, que se caracteriza por expandirse en su vejez, desprenderse de su masa y enfriarse en un 50%,. Resultado que indica que si los planetas en su órbita no son devorados, se convierten en lugares tan fríos que no permiten el desarrollo de la vida.
No obstante, en este panorama tan devastador se puede encontrar una buena noticia y es que este tipo de cuerpos también desprende materiales que podrían ser fundamentales para que otros mundos y lunas se vuelvan habitables. Esa es la razón por la que los especialistas también pretenden estudiar cuál será el rol que jugarán en la formación y desarrollo de un nuevo sistema planetario.
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