El dicho favorito de este hombre de Texas es que uno debe “hacer el bien sin mirar a quién”. Y así lo ha practicado siempre. Esa fuerte voluntad por ayudar al resto hizo que le diera un hogar lleno de amor a un niño que lo necesitaba.
Pero su esposa y él no tenían ni idea de lo que estaban por enfrentar.
La hermosa pareja estadounidense de los generosos Chas y Kiatie Shira vive en un pueblo donde sólo habitan 100 personas, donde él trabajaba como pastor. Luego de vivir en un pueblo de más de 100 mil habitantes, este nuevo lugar parecía perfecto para criar un niño.
Además, como la pareja conocía la dura vida de los pequeños de los orfanatos, sabían que debían adoptar.
Había una agencia de adopción a 3 horas de distancia de su nuevo hogar que estaba pidiendo que alguien se hiciera cargo de un bebé de 2 meses que estaba pasando por una situación complicada.
Chas de inmediato contactó a los miembros de la agencia, y ellos le preguntaron si de verdad querían encargarse de un bebé que tenía un fémur roto y que sufría de abstinencia de metanfetamina.
El bebé había sido registrado con un nombre falso en el hospital, pues había sido víctima de abuso infantil. Tenía metanfetaminas en su sistema y se encontraba atado a un arnés en todo su cuerpo debido a la fractura de fémur que tenía.
El pequeño no sólo necesitaba amor, sino muchos cuidados. Aunque la pareja tenía distintos planes para la adopción, acordaron que le ofrecerían a Jett un hogar y cuidados.
Hacerse cargo de un bebé enfermo nunca es un paseo en la playa, en especial para quienes no tienen la experiencia. Así que Chas y Kati debieron aprender a cambiar al niño, lavarlo y alimentarlo mientras estaba con el incómodo arnés.
El pequeño sufría de constantes dolores al realizar una simple rutina, que se volvían una tortura para él. Además del dolor físico, tenía un trauma psicológico severo que tardó mucho en sanar.
Pero la familia Shira pudo rodear al pequeño de un amor incondicional que lo ayudó enormemente a su recuperación. Pronto su fémur y su estado psicológico iban mejorando.
Por esta época, los padre de Jett habían salido de rehabilitación y pedían la custodia, pero Chas dijo que no les entregaría al bebé a menos que haya alguna investigación sobre el abuso que el niño había sufrido.
El matrimonio no recibió respuesta alguna, hasta que un año y medio después fueron llevados a un juicio que determinaría con qué familia se debería quedar Jett.
Luego del proceso legal, la familia Shia pidió la custodia total de Jett. Fueron 821 de trámites, pero pudieron adoptar a Jett.
El pequeño bebé les demostró lo fuerte que podía llegar a ser el amor.
Publicidad