Justina, una pequeña de 12 años, necesitaba un transplante de corazón, entonces ella misma y su familia comenzaron una campaña para pedir un corazón no solo para ella, sino para todos los que lo necesitaran.
El transplante que necesitaba Justina lamentablemente no pudo llegar a tiempo y falleció. Entonces todo el país quedó conmovido pero ella logró despertar algo que no volverá a dormirse, la conciencia de la donación de órganos.
Justina estaba primera en la lista de espera para recibir un corazón luego de que su salud se resintiera en los últimos días. Espera el transplante desde hace más de tres meses.
En ese momento su familia lanzó una campaña para concientizar sobre la importancia en la donación de órganos y pedía con urgencia un corazón para Justina, pero además para todos los necesitados de un transplante, algo que la niña había pedido, ya que quería ayudar a todos los que pudiera.
La etiqueta #LaCampañaDeJustina se volvió rápidamente viral y tanto artistas como deportistas y personalidades de distintos ámbitos se sumaron al apoyo.
El 5 de noviembre, los padres de otra niña de 12 años que fue asesinada en medio de un robo decidieron donar los órganos de su hija pensando en que quizás podían salvarle la vida a Justina, pero el transplante no pude realizarse porque el corazón era incompatible.
En la mayoría de los países todas las personas mayores de 18 años pueden manifestar su voluntad respecto a la donación de órganos y tejidos. En el caso de los niños fallecidos, son los padres quienes deben dar su consentimiento.
Los transplantes son posibles cuando la persona murió en un accidente o por un accidente cerebrovascular o infarto de miocardio, porque en esos casos el resto de los órganos permanecen sanos. Luego los médicos determinan qué órganos o tejidos son aptos para trasplante.
Para poder donar órganos la persona debe morir en la terapia intensiva de un hospital, ya que solo así puede mantenerse el cuerpo artificialmente desde el momento del fallecimiento hasta que se produce la extracción de los órganos. Es por esto que muchas veces, aunque muera un donante, los órganos no pueden servir a otros.
Esa es la razón por la que es importante estar inscritos como donantes si así se quiere, porque nunca sabremos quien podrá efectivamente convertirse en uno.
En el caso de los tejidos, no es necesario que la muerte se produzca en una terapia intensiva. Las córneas, por ejemplo, pueden extraerse en el domicilio y hasta varias horas después del deceso. Es por esto que la familia puede informar de la voluntad de una persona de donar sus órganos, luego del fallecimiento.
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