Adoptaron A Un Perro Que No Dormía, Pero Al Grabarlo Descubrieron El Porqué

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El poder de una buena historia radica en que puede cambiar la  forma de pensar de una persona. No hay cuento ni leyenda que no esté destinado a hacernos reflexionar o a enseñarnos algo, por supuesto, que para ello debemos estar dispuestos a verlo, a hacer el esfuerzo y a dejar nuestra mente abierta.

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Esta historia ocurrió en un ciudad costera de Estados Unidos, donde una familia festejaba la reciente adopción de un nuevo miembro en la familia: un adorable golden retriever que habían adoptado en una asociación protectora.

El perro era obediente, cariñoso y simpático con todo el mundo, no había ningún motivo por el que preocuparse. Sin embargo, el matrimonio se dio cuenta de que estaba pasando algo extraño durante las noches.

 

Todas las noches, la mascota hacía lo mismo: se asomaba a la puerta de la habitación y permanecía despierto observando a sus humanos mientras dormían, inmutable.

Preocupados por este comportamiento, la familia intentó encontrar la explicación como parte de su proceso de adaptación a su nuevo hogar. No obstante, el tiempo pasaba y el golden retriever seguía pasando las noches en vela, vigilando, sin pegar ojos.

Entonces, el matrimonio decidió llevar al perro al veterinario, para ver si algo estaba mal. Sin embargo, todas las pruebas confirmaron que el animal se encontraba en perfecto estado de salud. Entonces pensaron en llamar a la protectora para preguntar si ellos habían registrado un comportamiento similar antes, y por fin encontraron la respuesta.

Aparentemente, el antiguo dueño del perro decidió deshacerse de él y lo entregó a la protectora después de sedarlo. Evidentemente, el perro se había quedado dormido en casa y había despertado en un lugar extraño rodeado de gente que no conocía. Su familia había desaparecido y estaba traumatizado.

 

La respuesta lógica es que el golden había asociado este cambio al acto de dormir y por eso pasaba las noches en vela para no volver a perder a su nueva familia.

Cuando la pareja se enteró, no pudieron parar de llorar abrazados a su mascota, y desde ese mismo día, colocaron la cama del perro junto a la suya para transmitirle la confianza que necesitaba. Abandonar a un animal es un acto de irresponsabilidad tremendo, por mucho que se quiera disfrazar. Por suerte, muchos de ellos encuentran a la persona que se convierte en su verdadera familia, sin condiciones. Las personas que abandonan a sus mascotas pocas veces se plantean la atrocidad que están cometiendo, o les da igual. Pero incluso a los que intentan hacer el proceso más suave con técnicas como ésta, no pueden imaginar el daño que están provocando y lo crueles que son.


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