En la vida de todo niño pasa, pues llega el momento en que se quedan sin el cuidado de sus padres por diferentes circunstancias y para ellos es una tragedia. Los pequeños seres, incluso en los animales ,necesitan amor y caricias y en el reino animal también lo comprenden, incluso hasta el punto en que están dispuestos a demostrar el cuidado materno a las crías de otras razas y especies.
Esto es lo que sucedió precisamente con Mable, quien es la gallina que adoptó a unos cachorros. Su historia es asombros, pues cuando el pequeño polluelo salió del cascarón, estaba destinado a terminar en alguna sopa, pero una familia la tomó como su mascota y cambió su destino, en ese tiempo, un perro llamado Ortiga también vivía en esa casa.
Todos vivían muy ben como la gran familia que son, pero nadie parecía darse cuenta de cómo la gallina quería ser madre y de que tenía instintos maternos fuertes por satisfacer. Un día Ortiga tuvo sus cachorros. La madre, feliz, los acurrucaría en una canasta, pero cuando dejó a los pequeños, Mable la gallina entró y comenzó a calentar a los cachorros, como si se tratase de sus polluelos.
La gallina hace eso cada vez que la madre del perro deja a los cachorros, los abraza y los calienta y los perros pequeños disfrutan y aprecian enormemente un cuidado tan inesperado. Sin duda es una bella familia.
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