Estos dos cerebros pertenecen a niños de la misma edad, ¿por qué uno será más grande que el otro? Acá está la respuesta.
El cerebro de la izquierda es de un niño que tiene tres años y ha sido criado en un ambiente de amor y cuidados.
El de la derecha, también es de un niño de la misma edad pero que, lamentablemente, ha sufrido de traumas emocionales y negligencia en extremo.
Ambos fueron compartidos por el profesor Bruce Perry quien es jefe de psiquiatría del Texas Children’s Hospital. Su intención es entregar una visión clara de cómo se puede afectar a una infancia donde se vive el abuso y/o negligencia directamente al cerebro y sus estructuras cuando se es pequeño.
Aunque el profesor Bruce Perry no indica mucho sobre las condiciones que vivió el niño maltratado pero sí señala que hay muchos factores que son probables, entre ellos, la mala nutrición sería un aspecto clave.
Según el profesional, el niño de la derecha había sufrido ‘negligencia grave de privación sensorial’ y las consecuencias son un cerebro mucho más pequeño con estructuras mucho más borrosas.
El daño estructural al cerebro provocará que el niño pueda sufrir de retraso en el desarrollo y problemas de memoria. Cuando hay atrofia cortical, por lo general, se ve en mayor frecuencia en adulto mayores que sufren de Alzheimer cuando va avanzando la degeneración.
Se sabe que hay casos de abuso físico que pueden causar daño estructural directo e inmediato en el cerebro del niño y puede genera graves complicaciones permanentes hasta la muerte.
De acuerdo al Centro Nacional del Síndrome del Bebé Sacudido, cuando se sacude a un niño se puede estar destruyendo el tejido cerebral y desgarrando los vasos sanguíneos. Como consecuencias, se puede provocar convulsiones, pérdida de conciencia e incluso la muerte. En el largo plazo, se puede dañar el cerebro que es frágil provocando el desarrollo de una serie de deficiencias sensoriales, discapacidades cognitivas, de aprendizaje y de conducta.
En cuando al abuso a temprana edad, se está afectando permanentemente el desarrollo emocional del niño. Según explica el Dr. Perry, los niños que han sufrido de negligencia emocional, tendrán dificultades para desarrollar relaciones sanas, terminar con trastornos de apego, es decir, se vuelven extremadamente dependientes del otro, o tener dificultades para interactuar con las personas.
Entonces, y a modo de conclusión, es importante que todos los padres se preocupen del desarrollo emocional de sus hijos y brindarles de un ambiente rodeado de amor, tranquilidad, y que sea favorable para su desarrollo.
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