Becky Turney es una madre que se casaba y como una forma de mantener vivo el recuerdo de su hijo de 19 años quien había fallecido hace dos, reservó una silla para él durante su ceremonia de matrimonio. La madre aún no podía con el duelo de haber perdido a su hijo en un accidente automovilístico y simbólicamente lo quiso presente en ese gran día.
Esta madre no tenía idea de que su novio se había mantenido en contacto con Jacob Kilby, un joven que había nacido con un defecto cardíaco grave y que después de la muerte del hijo de Becky había recibido su corazón.
A pesar de la gran distancia que hay entre San Diego y Alaska, el novio se las había ingeniado para invitar a Jacob y que fuera él quien ocupara el espacio vacío reservado para el hijo perdido. La reacción de Becky no pudo ser más emotiva. Si bien ella no había visto jamás a Jacob, no tardó en comprender lo que estaba pasando.
Es realmente una gran y emotiva sorpresa y además Becky tuvo la oportunidad de escuchar el corazón de su hijo con un estetoscopio. Cada latido la hacía emocionarse aún más.
No cabe duda que este momento será recordado por siempre por esta madre y por todos los cercanos y familiares que asistieron a la boda . Ese mismo corazón estuvo latiendo en el cuerpo de su hijo por 19 años, y que siga latiendo en el cuerpo de otro ser humano es casi un milagro.
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